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La muerte por calor de José Antonio, el barrendero que se desplomó sobre el asfalto de Madrid

08 de octubre de 2024

En la tórrida tarde del 15 de julio de 2022, José Antonio González barría el asfalto ardiente de Madrid a más de 40°C, cuando de repente se desplomó. Víctima de un golpe de calor, falleció unas horas después.

Cuando llegaron los servicios de emergencia, la temperatura de su cuerpo alcanzaba los 41,6°C.

José Antonio, de 60 años, trabajaba como barrendero desde hacía unos días con un contrato precario de un mes. Aunque normalmente hacía el turno de mañana, aquel día había cambiado sus horarios para hacerle un favor a un compañero.

A las 14h00, en plena alerta meteorológica por altas temperaturas, comenzó su solitaria jornada de trabajo en el sudeste de la capital española, con dos botellas de dos litros de agua y un pulverizador en su carro de limpieza.

"Tenía el consejo de hidratarse (...) Pero ese día evidentemente no fue suficiente", explica a la AFP su hijo Miguel Ángel.

Hacia las 17h00, se desplomó. Un vecino llamó a los servicios de emergencia, pero la familia sigue sin saber exactamente cuánto tiempo transcurrió entre su colapso y la llamada de socorro.

Avisados a las 17h19, los equipos de auxilio llegaron a las 17h27.

- Sin esperanza -

"Hemos aplicado las terapias que se suelen hacer en estos casos de golpes de calor", describe a la AFP la portavoz de los servicios de Atención Sanitaria de Urgencias de Madrid. Entre ellas, está colocar "hielo en zonas estratégicas del cuerpo: en ingles, axilas, cuello y una manta de hipotermia conectada al vehículo de ambulancia", indica, además de "suero salino".

Los profesionales intubaron a José Antonio y lo trasladaron al hospital.

Cuando llegó su familia, enseguida vieron que se trataba de algo "grave". "Tenía la espalda bastante morada, como de haber estado mucho tiempo en el suelo", recuerda su hijo.

"Estaba con mucha protección (...), tenía como un escudo de hielo, tenía varios ventiladores, estaba tumbado, tenía los ojos tapados", agrega.

Los médicos no les dieron esperanzas. Cuando llegó, el hígado y un riñón de José Antonio ya no funcionaban.

El sexagenario murió en la madrugada del 16 de julio.

El motivo de su muerte, según el certificado de defunción, fue un fallo multiorgánico producido por las altas temperaturas que tenía el cuerpo. Su fallecimiento fue tipificado como un accidente laboral.

Ante un golpe de calor es fundamental actuar rápido, subraya a AFP Lorenzo Armenteros del Olmo, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.

Cuando la temperatura corporal se eleva por encima de los 40ºC "se pueden suprimir incluso los mecanismos de defensa que tenemos para evitar el calor. Uno de ellos es el sudor", expone.

El cuerpo intenta librarse del calor y bombea sangre hacia las extremidades, alejándola de los órganos internos.

"Es algo que no afecta solo a una parte, sino que es todo el cuerpo (...) Empiezan a fallar los órganos", añade Eduard Argudo, de la Sociedad Española de Medicina Intensiva.

Que este fallo de los órganos se pueda revertir depende del grado de afectación, pero sobre todo de la velocidad de intervención, continúa este médico intensivista del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona.

A veces "el daño que se ha producido sobre los órganos puede que ya sea irreversible. Es decir, que pese a que se controle la temperatura, no consigamos revertir las lesiones que se han producido", explica.

- "Emergencia médica" -

"El golpe de calor es una emergencia médica", subraya. "Son enfermos que siempre tienen que ir a la UCI", agrega el doctor, resaltando la "mortalidad elevada" de este cuadro.

Argudo distingue el golpe de calor "clásico", que afecta a las personas más vulnerables cuando se exponen a temperaturas elevadas (bebés, ancianos, gente aislada...) del "golpe de calor relacionado con el ejercicio", ya sea deportivo o laboral.

Miguel se había encontrado con su padre unos días antes de su muerte: "Me dijo que le costaba hablar del calor que tenía. Al llegar a casa, tras saludarnos, lo siguiente que hacía es ir a la piscina a hidratarse", rememora.

El caso de José Antonio generó un gran impacto en la opinión pública española y acabó dando lugar a un decreto que permite flexibilizar o adaptar los horarios en función de las condiciones meteorológicas. En Madrid, un parque lleva ahora su nombre.

Algunos días antes de su muerte, José Antonio González había buscado en Google: "Qué hacer ante un golpe de calor".

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