Un año después de la derrota del EI, el principal hospital de Raqa sigue en ruinas

Raqqa (Siria) (AFP) - El principal hospital de Raqa, antigua 'capital' en Siria del grupo Estado Islámico (EI) sigue abandonado y en ruinas, un año después de que los yihadistas fueran expulsados de esta ciudad.
Este complejo, acribillado de balas, aparece imponente entre la masa de inmuebles destruidos en esta ciudad del norte del país, en guerra desde hace más de siete años.
El 17 de octubre de 2017, una coalición árabokurda apoyada por Estados Unidos, las Fuerzas democráticas kurdas (FDS), se apoderó de las dos últimas posiciones del EI en la ciudad --el hospital y el vecino estadio-- poniendo fin a tres años de sangrienta dominación del grupo yihadista en Raqa.
Otros barrios de Raqa han sido reconstruidos, pero el hospital sigue en ruinas. Tras los combates y una vez retirados los cadáveres calcinados, han permanecido en el patio del hospital las carcasas de los vehículos incendiados, las camillas rotas, las sábanas sucias o las bombonas de gas oxidadas,
En el interior, acribilladas puertas llevan la mención 'CLEAR' con la fecha del 9 de noviembre de 2017, seguramente en referencia al día en que estas habitaciones fueron registradas para verificar si estaban minadas o si en ellas se escondían yihadistas.
'Uno no tiene la impresión de entrar en un hospital, sino de caminar sobre una pila de escombros' dice Mohamad Husein, de 37 años, miembro de la comisión de Salud del Consejo civil de Raqa, que hoy gobierna la ciudad.
- Peligro persistente -
Este antiguo enfermero nacido en Raqa había trabajado en este hospital desde 2003 hasta después de la ocupación de la ciudad por el EI, en 2014.
Ahora recuerda los túneles cavados por los yihadistas en el hospital, y los muros de refuerzo para amortiguar la onda de las explosiones y reforzar su defensa ante las FDS.
Tras haber asediado el hospital y el cercano estadio durante varios días, las FDS llevaron a cabo una operación-relámpago, expulsando a los yihadistas.
Desde entonces, decenas de miles de personas han retornado a Raqa, pese al persistente riesgo.
El EI dejó plantadas muchas minas, que han matado o mutilado a muchas personas. Y siempre sigue ahí la amenaza de ataques de células durmientes yihadistas contra las posiciones de las FDS.
'La gente de Raqa ha perdido mucho con la destrucción de este hospital que cuidaba a centenares de personas cada día', explica Husein.
Antes de la batalla de Raqa, funcionaban otros hospitales en Raqa, pero han sido dañados o destruidos por los combates, y el personal médico ha huido. Tras la salida del EI, se han abierto algunas clínicas, pero no están tan bien equipadas como el principal hospital.
- 'Enormes fondos' -
Tras una reciente visita a Raqa, Amnistía Internacional calificó de 'chocante' la magnitud de las destrucciones, con escuelas, viviendas e infraestructuras devastadas.
La ONG criticó los bombardeos aéreos llevados a cabo por la coalición internacional liderada por Estados Unidos, en apoyo a las FDS, y dijo que esta coalición debe ayudar a reconstruir Raqa.
Esta coalición ya ha despejado calles y desminado algunos sectores, pero la rehabilitación del hospital no ha encontrado aún financiación, según la copresidente del Consejo civil de Raqa, Laila Mustafa.
'Hacen falta enormes fondos, más de 3.000 millones de libras sirias (USD 6 millones), al margen del material médico', explica.
Y respecto al estadio, cuyos vestuarios fueron transformados en prisión por el EI, las cosas van mejor: el campo ha sido parcialmente rehabilitado y un primer partido de fútbol fue organizado en abril.
Los graderíos han sido pintados de blanco y los obreros construyen un podio en un lado del estadio.
Según Imad al-Himad, un subcontratista, durante los sombríos años del EI, el estadio era conocido como el 'estadio negro'. 'Pero como ha sido pintado ahora de blanco, es conocido como el estadio blanco'.