Alto índice de enfermedades crónicas en Panamá preocupa al Movimiento de Alimentación Saludable
Miembros del Movimiento de Alimentación Saludable han solicitado al Gobierno Nacional estrategias y acciones contundentes contra hábitos de consumo que están elevando la incidencia de enfermedades crónicas no transmisibles en Panamá, como la obesidad y diabetes.
Entre las prioritarias, según Bethy Cruzado, coordinadora de la entidad, están la construcción de huertos urbanos y escolares, fiscalización de kioscos en centros educativos para eliminación de comidas chatarras, fomento de siembra sin agroquímicos y aumento al impuesto de sodas y bebidas azucaradas a por lo menos un 30%.
“Debe promover más el consumo de frutas y vegetales nacionales; las bolsas subsidiadas del Plan Solidario deben incluir más alimentos frescos, menos procesados e importados”, sostuvo.
Cruzado aseguró, además, que es necesaria la implementación obligatoria de un etiquetado de productos más sencillo de leer. “Algunos están incluso en diferentes idiomas. Es urgente esta política, al igual que la presentada por la diputada Mayín Correa, para la eliminación de sodio y grasas trans”.
Aseguró que: “Como movimiento nos ofrecemos para coadyuvar en todo tipo de programas de prevención de males causados por la mala alimentación, capacitación a los consumidores y estudiantes, creación de anteproyectos de ley y normas para estimular estilos de vida saludables”.
Según la Encuesta Nacional de Salud Pública 2019, incluida en el informe “Etiquetado Frontal de Advertencia Nutrición (EFRAN) Que Quieren Los Panameños”, que fue respaldado por el Movimiento de Alimentación Saludable y la OPS, resaltan que en el país 4 de cada 10 niños entre 5 y 9 años tienen exceso de peso, y en adultos la cifra asciende a 7 de cada 10.
Por su parte, Eredina González, docente del movimiento, explicó que la comodidad y facilidad ha llevado a la población a adquirir comidas procesadas. “Nos hemos olvidado de cocinar un maíz pilado para hacer tortillas y organizar salidas para ir a los mercados. Nuestros productores están allí, preocupados por ofrecer yuca, ñame y otros alimentos naturales. Ignoramos también que tenemos recursos como conocimientos, habilidades, tiempo y energía que pueden emplearse para reducir costos y adquirir sustento nutritivo”, puntualizó.
