A 165 años de la Tajada de Sandia
Uno de los aspectos fundamentales en el desarrollo social y político de nuestra nación es la contribución que tuvo los grandes esquemas de lucha nacionalista que marcaron diversos acontecimientos, en la búsqueda de nuestra independencia total, hecho histórico consumado el 31 de diciembre de 1999, donde nuestra nación proyectó el cambio total y la libertad de una nación que demostró lo que nunca deseaba ser, un enclave colonial o Estado libre Asociado como lo es Puerto Rico.
Marcado en la historia, desde la Independencia del istmo de España y su anexión frustrada a la Gran Colombia, Panamá, no vio como algo agradable ya que sólo existía mayor interés estadounidense amparado en Doctrina Monroista del Destino Manifiesto de 1826, que enfocaba a Panamá para sus intereses como lo fue la construcción del Ferrocarril en 1849 y su culminación en febrero 28 de 1855.
Pero que más interés tenían los estadounidenses que, con una actitud como la de Jack Oliver enfrentándose a Manuel Luna y varios hermanos latinoamericanos, el mayor anhelo era la defensas de sus propias ideas.
Fue una actitud repulsiva que un estadounidense y sus compañeros fueron tan deshonestos de no pagar 5 centavos de dólar estadounidense, ocasionando una revuelta que dejó de ambos lados, diferencias entre muertos.
Sin embargo, de qué modo valió unirse a Colombia si no hubo la buena voluntad de mediar en las partes del conflicto, más bien, fue la disposición de un intervencionismo inspirado en los artículos del tratado Bicklad-Mallarino de 1846, que obligó a Panamá reparar los daños ocasionados durante el Incidente de la Tajada de Sandia, el 15 de abril de 1856.
Es triste ver como por años y décadas fuimos el punto de dominio de los estadounidenses quienes mantuvieron esos anhelos intervencionistas.
Hoy al cumplirse 165 años de ese histórico acontecimiento damos la vuelta a la página y vemos que la lucha de un pueblo fue valiosa; por su parte, es degradante ver cómo los panameños han olvidado el significado de nuestra historia, de las diversas gestas nacionalistas.
Es hora que las autoridades, del MEDUCA y los profesores de historia sean más conscientes de la realidad que vivimos, ser panameño es valorar nuestras fechas de luchas generacionales, lo que demuestra ser un verdadero patriota.
Modesto Rangel Miranda
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* El autor es periodista.