Confía, pero verifica la Inteligencia Artificial
En tiempos donde cualquiera puede “preguntarle a la máquina”, lo esencial ya no es qué dice una inteligencia artificial (IA), sino qué tan cierto es lo que dice.
Las herramientas de IA Generativas, desde ChatGPT hasta Gemini, Claude y/o similares, pueden escribir poesía, programar código o analizar mercados, pero su brillo se apaga si no validamos sus respuestas con rigor. Validar una IA no requiere ser ingeniero, sino aplicar sentido crítico y algunos métodos sencillos.
Primero, desconfiar de los números y nombres. Toda cifra, estudio o fecha debe confirmarse en al menos dos fuentes confiables, como organismos oficiales o medios reconocidos.
Segundo, detectar señales de alerta. Contradicciones, vaguedad o afirmaciones que suenan demasiado perfectas.
Tercero, pedirle a la propia IA que revise su respuesta, pidiéndole que evalúe su nivel de certeza o que actúe como “abogado del diablo” frente a sí misma.
Finalmente, hay que recordar que la IA no reemplaza la experiencia humana. Un abogado, médico o periodista sigue siendo la fuente última de verificación. Usar la IA con responsabilidad no significa desconfiar de ella, sino aprender a acompañarla con criterio. En la era digital, la validación no es desconfianza, es inteligencia aplicada. * Consultor en Transformación Digital.