Comienza la contienda formal de la política
Agradecida por el recorte hecho a lo que antes fueron hasta dos agotadores años de agitación proselitista, la sociedad espera que las actuales campañas políticas se diferencien de las anteriores por presentar propuestas definidas por su contenido.
Llamado a decantarse cada vez más por un sufragio informado, el elector ya no quiere favorecer la demagogia engañosa ni las promesas que acaban en cantos de sirena.
Esto, porque a pesar del desencanto que acarrea la politiquería, la democracia se fortalece cada vez más entre nosotros, haciéndonos conscientes de la responsabilidad de exigir cuentas de los gobernantes, imponiéndoles a estos la obligación de transparentar su gestión.
Así que el tiempo de pretender arrastrar a las masas a las urnas como borregos, es cosa del pasado. El ciudadano merece respeto. Y lo hace valer. Tanto como su voto.