EDITORIAL : Crimen ecológico
Los delitos ambientales están claramente tipificados en el código penal. Los crímenes contra la naturaleza no son un juego. La destrucción y tala de decenas de árboles en Darién, la carretera interamericana, Chiriquí y Bocas del Toro para obstaculizar el paso de vehículos obliga a la Procuraduría General.
Llama poderosamente la atención que en Panamá existan decenas de organizaciones ambientales que generalmente se oponen con dureza a los proyectos de desarrollo económico, pero en la actual coyuntura no se han expresado con igual vehemencia para condenar la destrucción de árboles, muchos de ellos de especies protegidas o de muchos años de existencia.
Esa nueva forma de protestar destruyendo es un contrasentido terrible porque no es lícito reclamar violentando derechos de terceros, la propiedad pública o privada.
