EDITORIAL : Diálogo y reconciliación

El país necesita diálogo. Sin embargo, conversar entre gobernantes, gobernados, fuerzas políticas y sociales debe estar condicionado al deseo de fortalecer la democracia y crear las condiciones básicas para enderezar las instituciones que fallan y trazar un camino a corto y largo que permita crear certidumbre, atraer inversiones y empleos.
Paralelo a ello, el país urge de la despolitización de la educación para hacer eficiente en la academia y los resultados. Ningún cambio estructural es popular si toca estructuras convenientes y enquistadas para producir más de lo mismo.
El diálogo y eso tiene que estar claro, se produce con los que quieren dialogar. Panamá se encuentra en una encrucijada que le obliga a priorizar decisiones que requerirán sentido común y valentía. Lo cierto es que no pueden esperar.