EDITORIAL : Educación de primer nivel

El país no avanzará si la educación se mantiene secuestrada. Eso es así porque cada cinco años, la educación pública es sometida a chantajes, huelgas y paros. Ninguno está relacionado con mejoras a los contenidos y a la modernización de los bachilleratos.
En estos tiempos de tecnología e inteligencia artificial se necesita a jóvenes ingeniosos y arriesgados para aprender. Eso será posible si el brazo ejecutor, los maestros y profesores, ponen por delante la educación y dejan a un lado la política.
No hay nada que justifique la paralización de las clases. Ya está probado que cada vez que se pierde un día de clases el impacto es devastador y nunca se recuperan los conocimientos no impartidos. El país reclama a los educadores y a sus dirigencias que comiencen a pensar en una juventud que sale mal preparada y sin competencias.