EDITORIAL : ¿Es posible la mano dura?

La actividad de las pandillas, vinculadas al tráfico de drogas, es parte de un círculo vicioso que el país no ha podido reducir o erradicar.
Tener costas en ambos lados es una bendición, pero las organizaciones criminales aprovechan que el país es un paso obligado para mover drogas que vienen de Suramérica y van hacia Centroamérica, México, Estados Unidos y Europa.
Desde hace más de tres décadas el país se debate entre diagnósticos, planes de resocialización y la exigencia de los ciudadanos de aplicar mano dura contra las pandillas, sus líderes y el sistema que utilizan para blanquear el dinero de las operaciones ilícitas.
Los más recientes crímenes se relacionan, sin lugar a duda, a disputas entre las organizaciones del crimen organizado que se chocan por liderazgos y territorios para su actividad criminal.