El costo de la confrontación para la sociedad

Las recientes protestas por parte del SUNTRACS contra el Proyecto de ley 163, que busca modificar la Ley Orgánica de la Caja de Seguro Social, volvieron a paralizar las calles de Panamá. Más allá del derecho legítimo a la protesta, es innegable el impacto negativo que estas manifestaciones generan en la rutina diaria de quienes deben trasladarse a algún punto de la geografía nacional. El tráfico colapsado, los retrasos y la incertidumbre afectan a miles de panameños que dependen de su puntualidad para mantener sus empleos; no es justo que, en la lucha por un derecho, se vulneren otros. Mientras algunos exigen mejoras en la seguridad social, otros ven su estabilidad laboral comprometida por la imposibilidad de llegar a tiempo. El diálogo debe primar sobre la confrontación; las autoridades y los manifestantes deben encontrar vías más efectivas para hacer escuchar sus reclamos sin perjudicar a la población trabajadora. De lo contrario, las protestas seguirán siendo un círculo vicioso en el que, al final, el más afectado es el ciudadano común que solo quiere cumplir con su jornada laboral.
* Periodista.