Opinión

El marketing reemplaza al pensamiento crítico

25 de abril de 2025

La actual crisis del sistema educativo es el reflejo de la desidia de los diferentes gobiernos en aspectos administrativos, estructurales de los centros educativos, la malla curricular y el desarrollo integral de la educación nacional. Durante décadas, estos gobiernos nos han mantenido en un secuestro sistemático, amparados en el engaño de programas educativos fallidos, generando un conflicto permanente dentro de la comunidad educativa y obstaculizando el desarrollo efectivo y holístico de niños y jóvenes en los centros oficiales. En lugar de plantear soluciones reales y una reforma educativa verdaderamente transformadora, han optado por cortapisas, parches improvisados y manipulaciones mediáticas. Es momento de apostar por una mejora coherente, profunda y sostenida.

Estamos en una encrucijada social y política provocada por la obstinación de un liderazgo que, con promesas vacías y discursos polarizantes, está fragmentando a una sociedad que clama por oportunidades reales. Un pueblo que aspira a progresar, que busca respuestas concretas, se ve atrapado en un juego político sin escrúpulos donde el bienestar colectivo queda relegado.

Frente a este panorama, urge una visión crítica que no solo denuncie, sino que proponga. Una política educativa centrada en el desarrollo estructural, la calidad, y el desarrollo humano. Es momento de exigir transparencia, participación ciudadana y coherencia entre el discurso y la acción. La educación debe volver a ser un pilar de justicia social y no un instrumento de manipulación política, en donde la educación sea el centro y no las estrategias políticas partidistas.

* Ciudadano.

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