Opinión

Es mejor confrontar que evadir

13 de enero de 2023

Confrontar se trata de poner sobre la mesa las situaciones que nos hacen mal tanto en nuestras vidas profesionales como personales, para poder hacerles frente.

Si las evadimos, traicionamos nuestro sentir y pensar, y la supuesta paz que intentamos mantener en nuestras empresas no diciéndolas, se revierte contra nuestros resultados y causa malestares emocionales en el grupo -como ansiedad o resentimiento-, deterioro en nuestras relaciones laborales y sociales, y hasta son causantes de enfermedades físicas. Debemos tener el coraje de expresar lo que sentimos, pedir lo que necesitamos, poner un alto a lo que nos perjudica y honrar lo que valoramos nos lleva a una calidad de vida mediocre. Porque los problemas son parte de nuestra vida empresarial y los abusos y maltratos están a la orden del día, por eso pretender que no tenemos problemas es imposible.

Aprender a confrontar y desarrollar estrategias eficaces y constructivas no solo nos hará sentir mejor, también nos ayudará a funcionar de manera oportuna ante cualquier situación que se nos presente y a aumentar nuestra autoestima.

¿Por qué nos cuesta tanto trabajo confrontar?

Sería obvio y simplista decir “para evitar conflictos”, porque todos sabemos que debajo de esa respuesta se esconden otras causas.

Entender esas causas es el primer paso para comenzar a trabajar en la solución.

1. Los sentimientos, hechos y las emociones tienen su propio lenguaje y muchas veces no sabemos cómo expresarlo.

2. Pensamos que al confrontar situaciones, pondremos en riesgo el aprecio de nuestros semejantes.

3. La confrontación afecta a otros, y tememos lastimarlos o enojarlos. Pero no debemos sobre-protegerlos porque es considerarlo incompetente ante la verdad y es una falta de respeto que puede crear confusión, desprecio y desgaste.

4. El miedo a pensar, sentir o ser diferentes nos lleva a negar valores para que no nos rechacen o expulsen de un círculo, por eso preferimos callarnos.

5. El confort nos hace minimizar o aceptar situaciones que no nos gustan con tal de no incomodarnos.

6. Nos han enseñado a priorizar las necesidades de los demás antes que las nuestras y nos han hecho creer que el amor hacia nosotros mismos es egoísmo. Cuidar de nosotros mismos es el principio básico para confrontar.

Por consiguiente, a través de las experiencias construimos una idea de quiénes somos y de cómo funciona el mundo. Cuando confrontamos, validamos lo que nos pasa, pero también cuestionamos quiénes somos. Confrontar nos hace madurar.

Si no valoramos nuestras propias opiniones y necesidades, anteponemos las de los otros y no confrontamos. Toleramos para no tener que afrontar y reconocer las habilidades que nos permitirían poner límites y descubrir las que no tenemos.

Cuando por fin nos decidimos a confrontar una situación, liberamos mucha energía emocional estancada. Es por ello, que para mí, es mejor confrontar.

* La autora es empresaria.

Contenido Patrocinado
TE PUEDE INTERESAR