Mi danza a ciegas

Mi danza a ciegas trabaja con las palabras y los valores con la mayor pureza. Refleja el presentimiento de un estado perdido, de un baile no terminado, inventa un paraíso de fuentes secretas y vigilias nocturnas, penetra en la noche oscura.
Pone el arte puro de las letras en su creación que se renueva con el trabajo, el esfuerzo y el desvelo, consagra la reminiscencia de una vida engendrada como fruto de su ser, incandescente. Su poesía refleja nobles sentimientos expresados en bellas palabras. Fiel aliada a la belleza celestial, como estrella reflejada en el mar de su existencia.
Yolanda Valdés es una exitosa abogada panameña, cantautora, poeta y coach.
La obra se divide en tres capítulos y una introducción:
El primer baile, El baile ciego/ a medio tiempo, Frases y fragmentos.
Yolanda reconoce existencia de la eternidad, participa de la vida: del reino del ser, la esencia del arte justicia del momento del valor testimonial de su existencia su poesía interroga lo fundamental. La calidad de su obra se ocupa del sentido del tiempo y el espacio, del amor.
“El sacrificio es una de las tantas caras del amor.” Este libro es un canto al amor, a la libertad, al surgir, florecer y renacer del dolor, el silencio, del miedo superado y los retos enfrentados.
Devela un sinnúmero de tiernas experiencias vividas, carencias, tristezas, pasiones y revelaciones. “Lo transitorio busca lo eterno”.
La inocencia, conciencia del tiempo creador, testigo de un destino manifiesto, rememora “la ilusión de los encuentros furtivos”, expone la intimidad y las miradas cómplices, la alegría y el dolor de vivir. Las ausencias, los sueños e intercambios, “los tesoros de la oscuridad”.
Atesora los milagros de la magia del amor, la soledad, las pérdidas.
Exhibe el arte de la solidaridad, la poderosa fuerza del amor aprende a no retener, a dejar ir y soltar. Explora los recuerdos de la niñez.
Penetra las penas del desamor, la traición, los recuerdos, el dolor que llevamos dentro.
Emprende el regalo de la vida espiritual, la presencia de Dios en la oración. Valora la amistad consuelo y alegría de la existencia, los secretos, la evolución constante, las ausencias, los cuestionamientos, la constante búsqueda de la sabiduría.
Inmortaliza amaneceres, memorias, decisiones difíciles. “He aprendido de quienes más me han lastimado, son los maestros que más me han enseñado.”
Conquista un espíritu generoso, agradecido: aprende aceptar y abrazar las vicisitudes de su conciencia social aprende de sus éxitos y fracasos.
Su potencia imaginativa la lleva a la transformación: en la metamorfosis y liberación.
Revela los mitos de los conflictos psicológicos colectivos. Su imaginación elabora diversas construcciones ideales y propósitos encontrados. Los sentimientos vividos se reflejan en su limpia prosa plena de sus más íntimos pensamientos.
Trasladándonos a un recuento de sus experiencias con la pandemia, el confinamiento, la fragilidad de la vida: las pérdidas y derrotas. Vence los obstáculos.
Su poesía se acrecienta como creadora de historias, canciones, su amor a la música y al arte. Viaja por el mundo con el poder de su contagioso deseo de crear atmósferas fantásticas y reales a través de la frágil y efímera existencia.
Su amor a Dios la lleva a intentar develar el misterio, a encontrar su camino a la salvación. Participa de lo religioso, de lo eterno y perfecto, en sus cuadernos poéticos resalta su amor a la Virgen María.
Incansable caminante, Yolanda viaja en plena pandemia al antiguo continente. Caminando atajos, veredas, senderos, trayectos, sendas, pistas, recorriendo su travesía realiza su sueño, llevando hasta el último momento las huellas de sus pasos seguros, triunfa y logra el sentido de su peregrinación por el camino de Santiago.
“Mi caminar me dirige a mi destino final”.
Yolanda Crespo
[email protected]
La autora es catedrática universitaria