Opinión

Morir por trabajar no es progreso

01 de mayo de 2025

En el Día del Trabajo recordamos las conquistas laborales y analizamos con ojo crítico las condiciones actuales de la masa que mueve a los países, construye edificios, ejecuta proyectos, alimentar a la población, entre otros, los trabajadores.

Cada año miles de personas fallecen por enfermedades vinculadas al exceso de trabajo. En una era en la que la productividad lo es todo, tomarse pausas activas es un acto de revolución en pro de la salud mental.

El trabajo debería dignificar y al mismo tiempo cubrir las necesidades básicas, no agotar hasta la muerte.

Que este primero de mayo sirva para conmemorar las luchas históricas y las conquistas de los trabajadores que alcanzaron una jornada laboral de 8 horas. También para repensar sobre las condiciones actuales y los desafíos del trabajador.

Que la memoria de quienes murieron por garantizar condiciones dignas nos recuerde que ningún empleo vale más que la vida. Trabajar para vivir, no vivir para trabajar.

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