Opinión

Oficios perdidos por nuevas lógicas de mercado

24 de septiembre de 2025

Una de estas tardes de descanso escuché el sonido de una bocina y me advirtieron: “viene el chicheme”, al rato sonidos de cornetas que anuncia el corta hierbas, luego un largo pitazo que avisaba el paso del camión recolector de basura y detrás, el tintineo del vendedor de paletas y helados. Sonidos característicos de la modernidad en las urbanizaciones de hoy. Han suplantado los viejos oficios que fueron parte esencial del tejido cotidiano, como el afilador de cuchillos y tijeras, que recorría calles ofreciendo afilar herramientas domésticas. Desplazado por cuchillos desechables o afiladores eléctricos. El brilla pailas: Especializado en devolver el brillo a ollas y pailas de aluminio, especialmente en zonas rurales, ha sido absorbido por productos industriales de limpieza. El chatarrero que a voz en cuello recolectaba vidrio, metal y cartón, como parte de una economía informal, aunque aún existe, ha sido institucionalizado por reciclajes modernos. “El farolero” encargado de encender manualmente los faroles públicos al caer la noche, desapareció con la llegada del alumbrado eléctrico automático.”

El lechero” que repartía leche fresca cada mañana, los supermercados y la pasteurización lo han hecho innecesario. El heladero ambulante, aunque aún existe, ha perdido protagonismo frente a tiendas y cadenas de alimentos.

La desaparición de estos y otros oficios no fue un simple olvido: fue el resultado de una transformación en la estructura social, económica de las comunidades.

* Periodista.

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