Opinión

Que la alegría no se convierta en tragedia

28 de noviembre de 2025

En cada fin de año aumenta el uso de pirotecnia y, con ello, el riesgo para los niños. Aunque muchos adultos aún lo ven como parte de la tradición, no hay nada inofensivo en entregarles artefactos que pueden causar quemaduras graves, daños auditivos o lesiones permanentes.

Los hospitales lo recuerdan cada diciembre, cuando reciben a menores heridos por explosivos que nunca debieron estar en sus manos.

La protección de la niñez depende de decisiones responsables: evitar que usen pirotecnia, supervisar las celebraciones y optar por alternativas seguras como espectáculos públicos o actividades familiares sin explosivos.

Las fiestas deben ser un momento de alegría, no de emergencias. Cuidemos a los niños para que esta temporada brille por las razones correctas.

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