Tener una mascota no es relajo

No todos los héroes usan capa, algunos tienen cuatro patas y un corazón inmenso. Mi perro ‘Garu’ llegó a mi vida cuando yo tenía apenas 14 años y me acompañó hasta mis 33. Creció travieso tumbando ropa cuando lo regañaban y con los años se transformó en un perro paciente y protector. Su presencia fue una constante en más de la mitad de mi vida. Garu no solo cuidó de mi familia, también se convirtió en guardián de todos los animales que pasaron en tránsito por nuestra casa: gatos, gallinas e incluso un cachorro que encontró refugio en su compañía.
El perrito ‘Taquito’ fue abandonado cerca de mi casa, al igual que el gatito naranja Merlín. Ellos ahora tienen sus nuevos hogares, pero el verdadero rescatista fue Garu. Tener una mascota es una responsabilidad para toda la vida y no debería ser tomada a la ligera. Ellos no son un mueble en la casa, son familia y deben ser tratados como tal hasta en sus últimos momentos. Un perro longevo no es casualidad ni suerte, es el resultado de cuidados y dedicación.
Esa es la única forma correcta de acoger a una mascota. Adopta, no compres. * Periodista.