Un hecho post invasión quedó registrado en la historia
Víctor De La Hoz

Fue un 11 de junio 1992 a dos años de asumir el gobierno del presidente Guillermo Endara Galimay.
El país todavía vivía las secuelas de la incursión militar estadounidense un 20 de diciembre 1989, que conllevó a la caída del régimen militar del exhombre fuerte Manuel Antonio Noriega.
En esa fecha el gobierno organizó un acto de agradecimiento al presidente de los Estados Unidos George Bush padre, quien asistió acompañado de su esposa y una comitiva.
A pesar del rechazo de grupos de izquierda, organizaciones sociales y partidos políticos como el PRD el acto se organizó en la Plaza Porras. Había todo un dispositivo de seguridad en sus alrededores, y las calles en esa zona se cerraron.
Sectores de la sociedad civil de la Cruzada Civilista, que apoyaron el retorno a la democracia asistieron con pancartas y cartelones respaldando la visita del presidente Busch.
Se había colocado una tarima a un costado de la Plaza Porras, desde donde se darían los discursos protocolares de las autoridades del gobierno, y el presidente Bush.
El mandatario Endara y sus vicepresidentes Guillermo Ford y Ricardo Arias Calderón aguardaban la llegada del presidente Bush.
Todo iba transcurriendo con normalidad. Pero se respiraba un ambiente hostil por parte de los grupos de izquierda. Estos grupos se ubicaron al costado de la sede de la Procuraduría de la Nación.
En el instante que se anunció la llegada del presidente Bush, se escuchan abucheos y consignas contra la presencia del mandatario estadounidense.
La multitud que estaba apostada a un costado de la Procuraduría de la Nación, rompió el cordón de seguridad y se abalanzó en dirección a la tarima.
Las unidades antimotines de la Policía Nacional, comenzaron a lanzar gases lacrimógenos, el humo se apoderó del área.
La gente corría de un lado para otro produciendo una situación de histeria colectiva.
El servicio secreto actuó rápido y logró evacuar del área al mandatario George Busch y su esposa y demás comitiva.
La seguridad del presidente Endara y de los vicepresidentes Ford y Arias Calderón los protegieron, y pudieron también salir de la zona del conflicto. Fue todo un caos y confusión.
Para esa época trabajaba en RPC Televisión. Una imagen de mi camarógrafo José Casis, captó a la exlegisladora Balbina Herrera, del PRD, cuando se aferra a un copartidario impidiendo que sea detenido. Las vistas dieron la vuelta al mundo.
Los discursos programados, debido por este incidente violento no pudieron pronunciarse.
Este hecho marco historia. Y hoy se cumplen 33 años de este hecho. El país vive hoy en democracia, y hay que velar por mantenerla.
* Periodista.