Opinión

Vivir adrede

01 de agosto de 2019

Vivir adrede, de un modo intencionado es la mejor forma de vivir. Al principio no se tiene tan claro, pero conforme se avanza, se adquiere la seguridad de elegir y pensar con libertad, soltando de paso las ataduras de convencionalismos. Se arraiga el propósito de vivir a plenitud. Con cada calendario los números cuentan menos. Este mes, acercándome a un año más de vida comparto la sabiduría de Quino, a través de Mafalda: “¿Qué importan los años? Lo que realmente importa es comprobar que al fin de cuentas la mejor edad de la vida es estar vivo.

Tengo gratitud por contar con salud, familia y amigos leales. Por estar lejos de los cariños y las relaciones forzadas. Con todo los vaivenes de mi existencia, acepto cada amanecer el reto de vivir con la intención de saborearlo; de reír, cantar, bailar, de desplegar las alas de mis pensamientos y, todavía, soñar.
Celebro dejarme cautivar por Dios, tomar conciencia de quien soy, maravillarme de las cosas, crecer, madurar y revivir las emociones y memorias almacenadas en el corazón.

María Teresa Patiño Amor
[email protected]

*Comunicadora social

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