CCIAP hace un llamado para evitar el colapso económico en Changuinola

Desde la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP) hicieron un llamado a construir soluciones reales, en torno a lo que se está viviendo en Changuinola, Bocas del Toro.
“Todavía estamos a tiempo de evitar que Changuinola termine como Puerto Armuelles. Pero para eso, hay que estar dispuestos a sentarse, hablar, cumplir la ley y construir soluciones reales”, comentó Juan Arias, presidente del gremio empresarial.
Arias hizo un llamado “claro y sin rodeos: no permitamos que la politiquería, nos cierre las puertas al progreso. Abramos los ojos, escuchemos y pensemos en el futuro que queremos dejarle a Changuinola, a Panamá y a nuestros hijos”.
Lo que está pasando en Changuinola no se trata simplemente de que “no quieren razonar”. Aquí hay algo mucho más serio: se está usando al sindicato para hacer política, dejando a un lado lo que de verdad importa, el bienestar de los trabajadores, y saltándose lo que dice la ley y la propia convención colectiva. Se olvidaron de que en toda relación laboral hay derechos, pero también hay deberes, agregó el empresario.
Mencionó que, “los sindicatos tenían un camino claro para convocar a una huelga. Estaba escrito en la convención colectiva y en el Código de Trabajo. No lo siguieron. Por eso, la huelga fue declarada ilegal. Y, aun así, decidieron seguir adelante: mantuvieron la paralización, bloquearon vías y, en la práctica, secuestraron a toda una comunidad. Y eso, más allá de lo legal, tiene consecuencias humanas y económicas que hoy ya están golpeando fuerte”.
“Cerca de 7,000 personas y sus familias están viendo cómo pierden su sustento. Y lo más triste es que todo esto se pudo evitar si hubiese habido disposición de cumplir la ley y buscar soluciones reales. Lo peor es que ya pasamos por esto. No es una película nueva. Ya la vimos, y la sufrimos, en Puerto Armuelles”, añadió.
Puerto Armuelles fue, durante gran parte del Siglo XX, un ejemplo de crecimiento y oportunidades. Su economía giraba alrededor del banano. Había empleo, había movimiento, había esperanza. Pero todo se vino abajo cuando, entre otras cosas, se rompieron los canales de entendimiento. ¿El resultado? La empresa se fue, los empleos desaparecieron, y un pueblo que pasó de ser un pueblo próspero a un pueblo fantasma abandonado por la decidía e intransigencia.
Hoy, Changuinola está caminando peligrosamente por esa misma ruta. Las autoridades han hecho propuestas concretas ante los reclamos por la Ley 45 de 2017, que modifica la Ley Orgánica de la Caja de Seguro Social, para temas relacionados con los trabajadores bananeros y productores independientes de banano. Pero, la respuesta ha sido cerrar toda posibilidad de acuerdo. Y así no se avanza.
La defensa de los derechos laborales es legítima, y los sindicatos cumplen su rol en esta.
Pero lo que estamos viendo ahora se aleja de eso. Esto se parece más a una jugada política que a una verdadera defensa del trabajador. Cuando se ignoran las reglas y se apuesta por la confrontación, se cierran las puertas al progreso.
Y hay una verdad que no podemos ignorar: sin empresas funcionando, no hay trabajo. Y sin trabajo, lo único que queda es más pobreza.
Pero esto no es solo un problema laboral. Es también un reflejo de algo más profundo: cómo preparamos como país para enfrentar los retos. Y aquí entra la raíz de todo: la educación. Porque también está paralizada. Hoy muchos niños y jóvenes en Panamá que no solo están dejando de aprender lo básico, también se les está negando la posibilidad de desarrollar habilidades fundamentales: pensar, escuchar, analizar y buscar soluciones.
Coincidimos plenamente en que necesitamos formar ciudadanos que sepan defender sus derechos con argumentos, pero también que sepan cómo construir acuerdos con responsabilidad. Que entiendan que el desarrollo no llega solo; se trabaja. Y para eso, hace falta educación que nos prepare de verdad para los desafíos presentes y futuros.