10 de noviembre: fiesta por la independencia e identidad

Hoy, los panameños celebran los 201 años del Primer Grito de Independencia en La Villa de Los Santos, un hecho que fijó el rumbo del istmo y definió parte de su folklore.
¿Qué paso?
El 10 de noviembre de 1821, en La Villa de Los Santos, se llevó a cabo un movimiento de insurrección contra la corona española que, por 320 años, se sirvió de los recursos panameños sin retribución significativa.
“Los istmeños se vieron motivados por las diferencias que tenían con las autoridades, la mala aplicación de las leyes y el irrespeto a la población civil. En aquella época, el pie de guerra español de La Villa se había trasladado a Sudamérica para combatir los ejércitos de Simón Bolívar, quedando así desguarnecida la capacidad militar para enfrentar una revolución; efectivamente, eso ayudó a los pequeños propietarios de Azuero y campesinos, quienes ejecutaron ese movimiento de independencia”, relató el historiador y catedrático Rommel Escarreola.
Luego de tomar el poblado y las instalaciones de los soldados, los insurrectos como Segundo De Villareal, quien fue declarado comandante de armas, firman el acta de independencia de La Villa de Los Santos.
Las consecuencias casi inmediatas de este acontecimiento fueron las emancipaciones de otros pueblos del interior como Penonomé, Natá de los Caballeros, Santiago de Veraguas y Portobelo. Sin embargo, la repercusión más importante fue la Independencia de Panamá lograda de forma definitiva el 28 de noviembre de 1821.
¿Existió Rufina Alfaro?
Rufina Alfaro es el personaje más exaltado durante esta celebración, ya que, según el relato oral, tuvo un papel decisivo en el proceso independentista de Los Santos. No obstante, su existencia no ha podido ser comprobada a cabalidad.
Escarreola explicó que su historia comenzó a difundirse gracias a un escrito de Ernesto J. Castillero en la Revista Lotería, durante los años 40’s. “Antes de eso, ella no se había mencionado... No se han encontrado sus partidas de bautismo, matrimonio o defunción, por lo que no es clara su existencia. Los historiadores debemos basarnos en el documento escrito, pero no le restamos valor a la historia oral y es que esta también debe ser comprobada”, sostuvo.
Asimismo, se dijo en una posición intermedia en la que acepta su exaltación. “Si ella ayuda a la cohesión del sentimiento nacional y patriótico, bienvenida”.
Por su parte, la también historiadora y antropóloga Ana Elena Porras destacó que durante el siglo 17, en el que supuestamente vivió Alfaro, no se efectuaban registros civiles, sino eclesiásticos. “Sabemos que muchos no se registraban por distintas razones, casi siempre del tipo económico. Además, éramos colombianos en aquel entonces, así que quién sabe y ella está registrada en otro lugar”.
Para Porras, los mitos y leyendas sintetizan las creencias y los sentimientos de los pueblos.
Para la investigadora y autora Thatiana Pretelt, los hechos el 10 de noviembre y todos sus actores claves “merecen” ser más celebrados. “En Los Santos se han encargo de festejar esta fecha como algo muy autóctono, pero en las aulas escolares aún hay algo de desconocimiento sobre el porqué del alzamiento primero en las comunidades del interior y después la independencia del día 28”, recalcó Pretelt.
Afirmó que aquel suceso fue crucial para la obtención de la soberanía panameña.