Chicharrón, sabor crujiente
suma





El chicharrón, ícono de la mesa panameña que por décadas ha sido sinónimo de desayuno criollo y de la fonda, vive hoy un momento de reinvención. Jóvenes cocineros y restaurantes de todo tipo están encontrando nuevas formas de presentarlo, ampliando su consumo y conquistando nuevos públicos.
Lo que antes era simplemente cerdo frito ahora se ofrece en versiones más elaboradas y creativas, con glaseados tropicales, acompañamientos gourmet e incluso reinterpretaciones con mariscos, pollo o pescados. Esta diversidad de opciones ha permitido que el chicharrón llegue tanto a quienes buscan la tradición como a quienes desean experimentar con nuevos sabores.
Actualmente, el chicharrón se puede disfrutar de muchas formas y combinado con distintos alimentos. Se sirve con yuca frita, patacones, tortillas de maíz, arroz con vegetales, ensaladas frescas o incluso panes artesanales.
Algunos restaurantes lo acompañan con salsas dulces, cítricas o picantes que realzan su sabor y aportan un toque diferente a cada bocado. Se ha incorporado en tacos, hamburguesas, ceviches, bowls, pastas y hasta pizzas, demostrando que este clásico puede adaptarse a la cocina contemporánea sin perder su esencia.
Además, otros chefs innovan usando ahumados, hierbas frescas, especias y técnicas de cocción más sofisticadas, como sellado al horno o fritura controlada, que mantienen la textura crujiente, pero disminuyen la grasa.
Esta renovación ha ampliado el público del chicharrón. Hoy se sirve en restaurantes de alta cocina, food trucks y locales casuales, y su consumo ya no se limita a los comensales tradicionales. Las nuevas presentaciones permiten disfrutarlo de formas más ligeras o sofisticadas, perfectas para quienes buscan un plato principal, un acompañamiento creativo o un bocado gourmet en eventos y celebraciones.