“La lírica no es un juego”
El talento, esfuerzo y dedicación convirtieron a Osiris Stanziola en una de las sopranos más importantes del coro del Teatro de la Ópera de Roma, por 25 años. La infancia de la cuarta hija de Hornilda Tello transcurrió en las tierras chiricanas.
Siendo su madre soprano en el coro de la Iglesia, en el internado de las monjas de la Medalla Milagrosa, su hija siguió sus pasos. A los 10 años viajó a Panamá para aprender inglés y tomar clases en el Conservatorio de Música.
“Mi madre tenía una hermosa voz y cantaba, siempre me inculcó la música y el canto”, explica Stanziola.
Al culminar sus estudios de bachiller consigue trabajo de cantante en el Hotel Nacional, donde el encargado solicita al profesor Jaime Ingram que la escuche y este le ofrece, por parte del Inac, una beca para estudiar dos años en Colombia con la profesora Sylvia Moscovitz.
A su regreso, logra dos becas, una para estudiar en el Conservatorio Profesional de Música de Santiago de Compostela y la otra para el Conservatorio de Música “Santa Cecilia”, di Roma, escogiendo esta última como su centro de formación por siete años.
Al culminar sus estudios concursa ante cientos de aspirantes para formar parte del coro del Teatro de la Opera de Roma, logrando una de 12 plazas.
“Tenía 24 años. La experiencia fue maravillosa porque uno hace lo que le gusta. Estuve al lado de Luciano Pavarotti, Montserrat Caballé, Plácido Domingo, José Carreras y bajo la tutela de grandes directores como Riccardo Muti. Y me presenté en importantes escenarios de Australia, Japón y Egipto, entre otros”, explica la cantante de 60 años.
Luego de 40 años viviendo en Italia y 25 años de carrera, logra la jubilación temprana y se traslada a Chiriquí, donde reside a tiempo completo desde hace dos años.
Aunque no ha tenido oportunidad de conocer a profundidad lo que se hace en ópera en Panamá, ofreció su punto de vista sobre lo que escucha.
“Puedo decir que es mediocre, lo digo con tranquilidad porque el canto lírico es un estudio serio, no se aprende en dos días. Hay que valorar que quieren hacer lo mejor, pero que lo hagan con humildad para saber dónde hay que apretar las tuercas. El cantante lírico debe estudiar todos los días y aprende de los grandes”, concluye.
Yalena Ortíz
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