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El rugby argentino progresa más despacio tras la desaparición de los Jaguares

12 de octubre de 2023

Precipitada por la pandemia, la desaparición de los Jaguares, la franquicia argentina que participaba en el Super Rugby, ha roto la dinámica colectiva de la selección de Argentina, que el sábado se medirá a Gales en Marsella en los cuartos de final del Mundial de rugby.

El polivalente fullback argentino Juan Cruz Mallía está destacando en el potente campeonato francés, jugando en el Stade Toulousain, con el que ha ganado la Copa de Europa y dos veces el Top 14 y con el que acaba de renovar hasta 2026.

El cordobés, sin embargo, seguiría jugando seguramente en su país de no ser porque la pandemia por el Covid-19 acabó con la participación de los Jaguares en el Super Rugby, la competición a nivel de clubes más importante del hemisferio sur.

Fundados en 2016 para acelerar el desarrollo del rugby argentino, los Jaguares, con base en Buenos Aires, logró rápidamente hacerse un hueco entre sus rivales neozelandeses, australianos y sudafricanos.

Incluso llegaron a jugar la final de ese torneo en 2019, perdida contra los Crusaders (19-3) y el futuro se aventuraba prometedor para la selección nacional, cuya base era la misma que la de los Jaguares, con lo que el mismo grupo de jugadores jugaban juntos durante todo el año.

- "Un gran paso atrás" -

Privada de los ingresos del Super Rugby durante la pandemia, la Federación Argentina era incapaz de pagar los salarios de los jugadores, lo que llevó a Mallía y a muchos otros al exilio para poder seguir jugando al más alto nivel.

"Nuestras vidas cambiaron completamente por el Covid", explica el jugador del Toulouse. "Ahora estamos desperdigados por todo el mundo, en clubes diferentes. Hay que volver a acostumbrarse (a jugar juntos) y reconstruirse".

La mayoría de sus compatriotas encontraron equipo en Europa, en los campeonatos de Francia e Inglaterra, pero para el antiguo tercera línea internacional Leonardo Senatore, el rugby argentino ha dado "un gran paso atrás" con la desaparición de los Jaguares.

"Ha afectado claramente a nuestra manera de jugar, porque los chicos ya no pasan tanto tiempo juntos. Todos tienen sistemas de juego diferentes en sus clubes, filosofías diferentes, y eso complica las cosas cuando se reencuentran", explica a la AFP.

Desde la última Copa del Mundo en 2019, Los Pumas han logrado algunas victorias de prestigio, sobre todo dos contra los All Blacks neozelandeses en 2020 y 2022, pero estos "éxitos" esconden una falta de regularidad y recurrentes dificultades financieras.

- Super Rugby Américas -

"El rugby mundial ha vivido estos últimos cuatro años cambios constantes, no todos positivos", asegura a la AFP el antiguo medio scrum internacional Agustín Pichot, gran arquitecto de la inclusión de los Jaguares en el Super Rugby. "Argentina no se escapó e intenta adaptarse".

El seleccionador Mario Ledesma dejó su puesto el año pasado, hablando de un "fin de ciclo". Su sucesor, el australiano Michael Cheika, ha llevado a Los Pumas a los cuartos de final en este Mundial de Francia, el objetivo mínimo, pero los límites en el juego de los argentinos en la primera fase despiertan muchos interrogantes.

Según Leonardo Senatore, que jugó con los Jaguares entre 2016 y 2018, el futuro pasa por desarrollar el Super Rugby Américas, una competición que reúne a las mejores franquicias del continente americano, tanto del sur (Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay) como del norte (Estados Unidos).

"Necesitamos más competencia regional, es la base de todo", explica este exjugador de Toulon y Worcester. "Miren lo que ha progresado Fiyi desde que tienen una franquicia (los Drua) en el Super Rugby".

Un gran campeonato americano "no es la vía más sencilla" y "llevará tiempo", admite. No es seguro que el rugby argentino disponga de ese tiempo.

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