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La lucha tradicional senegalesa también sucumbe a la moda del VAR

05 de enero de 2024

Una intensa percusión de los tantanes, cánticos tradicionales amplificados por altavoces, vítores de unos 15.000 espectadores en el coso de Dakar... Luciendo gorra negra con la palabra 'árbitro', Sitor Ndour, con todos sus sentidos puestos en la pantalla, no se da pie a la distracción a pesar del ambiente eléctrico que gira sobre él.

Durante el combate que mide las fuerzas de dos de los 'gallos' de la lucha senegalesa, deporte rey en el país africano junto con el fútbol, se muestra concentrado en su papel: coordinar el VAR -sistema de asistencia del arbitraje por video- desde una rudimentaria instalación protegida por un toldo azul a escasos metros del lugar de los combates.

Reclamada desde tiempo atrás por los aficionados, esta tecnología asiste desde comienzos de 2023 a los árbitros de la lucha senegalesa "con frappe" (uso de golpes con las manos), un deporte tradicional que mezcla el combate cuerpo a cuerpo y con puños.

El VAR está compuesto por tres cámaras situadas en diferentes lugares del recinto y por una sala con un ordenador y dos pantallas que difunden el desarrollo de los combates desde ángulos y planos variados.

En caso de que una acción o una caída provoquen dudas, el árbitro del video, con la ayuda de una pequeña bandera blanca, interpela al juez principal para que acuda al visionado de las imágenes antes de emitir su decisión.

Aunque el nivel de sofsticación dista mucho aún del asistente de videoarbitraje utilizado en las grandes ligas de fútbol, rugby, o tenis, su llegada a la arena senegalesa de la lucha ha resultado decisivo en repetidas ocasiones.

Permite evitar determinadas polémicas o errores de arbitraje, asegura Meïssa Ndiaye, vicepresidente del Comité de Gestión de la Lucha Senegalesa (CNG).

Un alivio para los árbitros de este deporte cuyos principales campeones gozan de un estatus de semidioses en Senegal, y cuyo caché puede ascender por cada combate a varios millones de francos CFA (decenas de miles de euros).

- Protestas -

"A veces, con un veredicto discutible que se prestaba a confusión, ocurría que la gente rompía las gradas, destruían bienes públicos al no estar satisfechas con el resultado decretado. En ese tipo de situaciones, si se pueden revisar la imágenes, pero también, si el público puede ver las imágenes, ello nos facilita la tarea y permite a los espectadores regresar más tranquilamente", explica Sitor Ndour, presidente de la comisión central de árbitros de la lucha.

Y en esa tarde de finales de diciembre de 2023, el VAR está particularmente solicitado.

En uno de los combates preliminares retransmitidos en vivo en televisión, dos mastodontes ataviados con un taparrabos, con las manos y los torsos desnudos, portando amuletos junto a los riñones o en los brazos, buscan el punto débil del rival.

A raíz de una acción desencadenada por uno de ellos, los dos combatientes aterrizan al tiempo sobre los sacos que delimitan la zona de combate.

Cada uno reclama la victoria para sí mientras esboza unos pasos de danza entre el clamor del público.

Llamado por el VAR, el árbitro central diseña con las manos la silueta de una pantalla y corre hacia la instalación para el visionado de las imágenes, antes de regresar y levantar la mano de uno de ellos.

El perdedor protesta enérgicamente la decisión y trata de acceder a la zona de pantallas, al momento escoltada por las fuerzas de orden, que le hacen finalmente abandonar el recinto.

- Pantalla gigante -

Unas escenas recurrentes, lamenta Sitor Ndour, porque si algunos luchadores ya han aceptado el VAR, otros, por contra, no han entendido su funcionamiento y exigen ver ellos mismos las imágenes, explica.

En opinión de Ibrahima Niasse, un aficionado a la lucha, si el VAR estuviese instalado en un lugar hermético en el exterior del recinto ello permitiría evitar escenas de ese tipo.

Antiguo "rey del coso", Serigne Ousmane Dia, apodado Bombardier, casi dos metros de altura y 140 kilos, vestido con un conjunto azul, negro cosido con una tela tradicional con reputación de ser mística, realiza los últimos calentamientos antes del gran combate del día.

Él también se felicita por la llegada del VAR, pero pide que las imágenes sean también emitidas en la pantalla gigante del coso para que los luchadores puedan constatar por sí mismos si han ganado o perdido.

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