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Abu Bakr al Bagdadi, el enigmático 'califa' del grupo Estado Islámico

01 de agosto de 2019

Bagdad (AFP) - El iraquí Abu Bakr al Bagdadi, proclamado hace un año 'califa' de todos los musulmanes por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), cuya influencia se extiende por Irak y Siria, sigue siendo un personaje enigmático, que prefiere permanecer en la sombra.

Nacido en 1971 en Samarra, al norte de Bagdad, Bagdadi, por cuya captura Estados Unidos ofrece 10 millones de dólares, es uno de los hombres más buscados del planeta. A pesar del importante aparato de propaganda del grupo EI, que difunde gran cantidad de fotos o vídeos de sus ofensivas y combatientes, Bagdadi apareció sólo una vez en una de ellas, en julio de 2014. Se le veía en una mezquita de la ciudad iraquí de Mosul, conquistada por el EI, ordenando a todos los musulmanes que le 'obedecieran', poco después de que su organización proclamase el 'califato' en los territorios bajo su control en Siria e Irak.

'Soy el wali (líder) designado para dirigirlos, pero no soy mejor que ustedes. Si piensan que tengo razón, ayúdenme. Si creen que estoy equivocado, aconséjenme y guíenme por el buen camino', afirmó Bagdadi, proclamado 'califa Ibrahim', que lucía barba negra y turbante y túnica oscuros.

Desde que comenzaran los bombardeos de la coalición internacional dirigida por Estados Unidos en agosto de 2014, no se le ha visto. Sólo se difundieron dos grabaciones sonoras, después de que algunos rumores afirmaran que había resultado herido o muerto en los bombardeos.

'Es bastante notable que el jefe del grupo terrorista que más se preocupa por su imagen sea tan discreto', destaca Patrick Skinner, del gabinete de consultores Soufan Group.

- 'Dimensión misteriosa' -

'Existe una dimensión misteriosa que viene del hecho de que ha sobrevivido a múltiples intentos de hacerlo desaparecer', dice Aymenn al Tamimi, experto del Middle East Forum. Bagdadi parece 'haber realizado muchas más cosas de forma concreta' que la 'vieja guardia' yihadista de su rival, el jefe de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri.

Según un documento de los servicios secretos iraquíes, Bagdadi tiene un doctorado en estudios islámicos y fue profesor en la universidad de Tikrit (norte). Tuvo cuatro hijos con su primera esposa entre 2000 y 2008 y otros cuatro con su segunda esposa.

Se unió a la insurrección en Irak poco después de la invasión estadounidense de 2003, y habría sido encarcelado en un campo de detención estadounidense. Aunque las fuerzas de EEUU anunciaron en 2005 la muerte de Abu Dua -uno de sus apodos-, reapareció en 2010 al frente del Estado Islámico en Irak (ISI), rama iraquí de Al Qaeda. A continuación, consiguió transformar este grupo en la más potente, rica y brutal organización yihadista del mundo, asentándose en Siria en 2013 y en Irak en 2014.

Antes de ello, se había desmarcado de Al Qaeda, pues Bagdadi rechazaba las órdenes de Zawahiri de concentrarse en Irak y dejarle Siria al Frente Al Nusra.

- El líder 'discreto' -

Acusado de crímenes contra de lesa humanidad por la ONU, el grupo EI mató a miles de militares, combatientes y civiles. Atacó a minorías como los yazidíes, vendó mujeres como esclavas y reivindicó la decapitación de varios periodistas y trabajadores humanitarios occidentales en estremecedores vídeos. El grupo Estado Islámico, una organización extremista suní, aglutina a decenas de miles de hombres y controla el 50% de Siria y extensas regiones en Irak.

Bagdadi está considerado como un comandante y un experto en táctica militar en el campo de batalla, al contrario de lo que sucede con Zawahiri. Su recorrido difiere igualmente con el de Osama Bin Laden, que desarrolló Al Qaeda gracias a su fortuna y a quien se le conocía internacionalmente mucho antes de los ataques del 11 de septiembre, principalmente por los numerosos vídeos en los que aparecía.

'Su ascenso a la fama no puede compararse con el de otros jefes terroristas más publicitados. Bin Laden era famoso por su nombre y él puso en escena su comportamiento discreto', afirma Skinner. Bagdadi 'evita ser el centro de atención y, en sus discursos, habla sobre su califato y sobre sus enemigos, no sobre sí mismo', apunta el experto de Soufan Group.

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