Internacionales

Enterrados en Kobane Aylan, el niño sirio ahogado, su hermano y su madre

01 de agosto de 2019

Beirut (AFP) - El niño sirio hallado sin vida en una playa turca tras un naufragio fue enterrado este viernes con su hermano y su madre en un emotivo funeral en la ciudad siria de Kobane, afirmó un testigo a la AFP.

'El entierro se celebró en presencia de centenares de personas. Todo el mundo estaba triste y lloraba', afirmó Mustefa Ebdi, un periodista oriundo de la ciudad. Abdalá Shenu, padre del pequeño Aylan, de 3 años, 'está todavía en estado de schock', según Ebdi.

Abdulá Kurdi llegó a la ciudad fronteriza turca de Suruç con los féretros de Aylan, de su hermano de cinco años y de su esposa, quienes se ahogaron cuando intentaban llegar a Grecia desde Turquía. Después, cruzó la frontera para entrar en la localidad siria de Kobane (norte).

Un convoy acompañó al padre desde la ciudad balnearia de Bodrum (suroeste de Turquía), donde se produjo el drama, hasta la frontera siria.

Abdulá Kurdi, visiblemente destrozado, hizo declaraciones el jueves en Estambul. 'Como padre que ha perdido a sus hijos, ya no tengo nada que esperar de este mundo. Lo único que quisiera es que el drama y los sufrimientos en Siria acabaran, que se restaurara la paz', dijo, citado por la agencia de prensa turca Dogan.

Añadió que espera que el mundo se conciencie del drama de los inmigrantes.

La ciudad seguía con los preparativos para enterrarlos 'como mártires de Kobane porque pagaron con sus vidas para huir de la guerra', informaron las autoridades locales.

Varios diputados del parlamento turco cruzaron la frontera para asistir a las exequias, constató un fotógrafo de la AFP.

El padre de Aylan contó el jueves cómo murieron sus hijos, de tres y cinco años, y su esposa, junto con otros nueve refugiados sirios, al naufragar la embarcación en plena noche cuando intentaban llegar a la isla griega de Kos, puerta de entrada en la Unión Europea (UE). 'Agarraba de la mano a mi mujer. Pero mis hijos se me escurrieron de entre las manos', contó el jueves el padre a la agencia turca Dogan.

El cuerpo de Aylan fue hallado el miércoles por la mañana en una playa de Bodrum con la cara contra la arena.

Después del naufragio que diezmó a la familia Kurdi, la policía turca detuvo a cuatro presuntos traficantes de personas, todos ellos de nacionalidad siria.

La imagen del niño sirio muerto en una playa de Turquía recuerda la necesidad de poner fin al tráfico de personas, y da la razón a la política migratoria restrictiva de Camberra, estimó este viernes el primer ministro australiano. Las fotografías del pequeño Aylan Kurdi ilustran el carácter 'pernicioso' del tráfico de seres humanos, declaró Tony Abbott a la prensa.

Tras su llegada al poder, en septiembre de 2013, su gobierno conservador organizó por medio del ejército un sistema de expulsión sistemática de los barcos de inmigrantes que llegan a aguas australianas.

'Es una fotografía absolutamente devastadora que (...) ningún padre puede ver sin sentirse destruido', dijo el jefe de gobierno.

'Sé que existe interés por la política australiana porque si se acaba con la actividad de los traficantes, entonces obligatoriamente ya no muere gente en el mar. La cosa más humana que se puede hacer a medio y largo plazo es terminar con ese tráfico pernicioso'.

La política migratoria de Australia en estos casos se articula en dos mecanismos. En el primero, los buques de la marina interceptan los barcos con inmigrantes y los repelen hacia su punto de tránsito, a menudo hacia Indonesia.

Por otro lado, los inmigrantes que consiguen alcanzar las orillas de Australia son colocados en campos de retención en la isla de Manus, en Papúa Nueva Guinea, o en la isla de Nauru, en el océano Pacífico. E incluso si las autoridades australianas consideran como legítima su demanda de asilo, Camberra no los autoriza a instalarse en Australia. La única opción que les queda entonces es volver a su país, vivir en los campos de retención en las islas o bien en Camboya, un país pobre con el que Australia tiene un acuerdo.

Australia sostiene que esta política tan restrictiva es un éxito en la medida en que desde hace un año no ha llegado ningún barco, ni ha muerto nadie en el mar intentando alcanzar la isla-continente.

Desde 2013 han sido repelidos veinte barcos con 633 migrantes a bordo.

Los defensores de los derechos humanos califican de 'desastre' la colocación de estos refugiados en campos de retención y acusan a Australia de cargar sobre otros sus responsabilidades.

En un editorial publicado el jueves, el diario New York Times criticó con virulencia una política calificada de 'brutal'. El ministro australiano de Inmigración se indignó con el artículo y argumentó que al menos 1.200 inmigrantes murieron intentando llegar por mar a Australia entre 2008 y 2013, con el anterior gobierno laborista.

Los inmigrantes vienen por lo esencial de Irak, Irán y Afganistán.

Contenido Patrocinado
TE PUEDE INTERESAR