España pierde Cuba otra vez
Madrid (AFP) - La diplomacia española perdió una gran oportunidad al no utilizar su lazos para mediar entre Cuba y Estados Unidos, consideran los analistas, pese a haber influido indirectamente en la distensión impulsando negociaciones con una Unión Europea (UE) que ahora queda en segundo plano.
'Uno de los graves problemas que se plantea con esta especie de reconciliación entre Estados Unidos y Cuba es que la política exterior de España no ha influido absolutamente en nada', dice a AFP José Antonio Zarzalejos, analista político y exdirector del diario ABC. 'España ha reaccionado muy tarde ante algo que se veía venir', considera Agustí Ulied, profesor de Economía de la escuela de negocios ESADE, lamentando 'un fallo de la política española'.
Celebrando el acuerdo para normalizar relaciones diplomáticas entre La Habana y Washington, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, no quiso precisar el miércoles si el Gobierno español, muy crítico con el régimen castrista, había contribuido a ese acercamiento, limitándose a afirmar que en la diplomacia 'la discreción es la norma'.
A finales de noviembre, él mismo había viajado a la isla pero no fue recibido, como esperaba, por Raúl Castro ni logró que el presidente cubano acudiese a la cumbre iberoamericana de Veracruz, en México, la primera del rey Felipe VI como jefe de Estado. Durante esa visita, 'Margallo sí transmitió algunos mensajes fruto de las conversaciones que la administración española mantiene con la estadounidense desde hace tiempo, y que pueden resumirse en la idea de que Cuba tenía que hacer algún gesto para que Barack Obama pudiera mover pieza', afirmaba Luis Ayllón, corresponsal diplomático de ABC, en la 'web' de ese diario. Algo que pone en duda Zarzalejos: 'si hubiese llevado mensajes es evidente que las partes lo hubieran citado como han citado al papa Francisco'.
- Europa puede quedar fuera -
También Anna Ayuso, experta en Latinoamérica del centro de investigación en relaciones internacionales CIDOB de Barcelona, considera que 'la diplomacia de España y no solamente, también la de la Unión Europea, han perdido una oportunidad'. Recuerda que, bajo el impulso español, 'Europa empezó las negociaciones' con Cuba en marzo para normalizar sus relaciones y poner fin a la denominada 'posición común europea' que desde 1996 condiciona toda cooperación con la isla a avances en derechos humanos.
De momento, esa posición 'no se ha conseguido eliminar porque hay países de la UE que son muy reacios, sobre todo los países del Este', explica, pero iniciando discusiones 'España y la Unión Europea lo que han hecho es crear indirectamente las condiciones para que se abra el diálogo' entre Cuba y Estados Unidos. 'La influencia no ha sido directa, sino más bien de contexto', precisa. Sin embargo, Europa no ha avanzado suficientemente rápido 'y ahora es Estados Unidos quien se apunta el mérito', subraya.
Carlos Malamud, investigador sobre América Latina en el Real Instituto Elcano de estudios estratégicos en Madrid, matiza. 'Creo que el papel de Madrid en esta distensión ha sido más importante de lo que se dice', afirma, dado que 'tradicionalmente España y Estados Unidos han tenido una comunicación muy fluida respecto a Cuba que viene de lejos y con independencia del color político tanto en un país como el otro'. Malamud recuerda que todos los jefes de Gobierno desde el retorno de la democracia a España, en 1978, mantuvieron estrechos lazos con La Habana. Y que incluso el conservador José María Aznar, impulsor de la 'política común europea' hacia Cuba, fue 'el único presidente del gobierno español que recibió a Fidel Castro en La Moncloa', en 1998. En su opinión, ahora también 'España ha estado ahí, haciendo lo que tenía que hacer: impulsando los cambios en la Unión Europea, también favoreciendo contactos entre Estados Unidos y el gobierno cubano'. Y considera que 'tiene una posición discreta porque de esta manera se puede lograr más que asumiendo un perfil mucho más alto'.
Para Ayuso, 'aquí los ganadores han sido claramente los cubanos'. 'Raúl Castro ahora puede decir a los europeos 'si no cedéis en no poner tantas condiciones, yo tendré a los estadounidenses y vosotros os quedaréis fuera''.
