Sirte, de bastión de un dictador a guarida de yihadistas en Libia
Trípoli (AFP) - Sirte, ciudad natal y bastión del dictador libio Muamar Gadafi durante cuatro décadas, se ha convertido en un año en un nido del grupo yihadista Estado Islámico (EI), a menos de 300 kilómetros de Europa.
Desde junio de 2015, la bandera negra del EI ondea sobre los edificios públicos de esta ciudad portuaria, en la que los yihadistas cortan manos y cabezas en público. Los miembros del grupo islamista recorren las calles en todoterrenos para asegurarse de que los hombres respetan las horas de oración y las mujeres no salen solas, contaron unos testigos a la AFP.
'La situación es dramática. La vida civil ha desaparecido y se aplica a los habitantes las sentencias que vemos por televisión en Siria y en Irak', dijo a la AFP un responsable municipal elegido antes de la llegada de los yihadistas. Este hombre, que quiere mantener el anonimato por motivos de seguridad, huyó de la ciudad.
'De los 180.000 habitantes, los que se quedaron en ella son rehenes del miedo y del terror', añadió, y denunció la indiferencia de las autoridades rivales (ya que en Libia hay dos Gobiernos opuestos) por el calvario de esta ciudad situada a 450 kilómetros de la capital, Trípoli.
El EI ha transformado la ciudad en una base de entrenamiento de yihadistas libios y extranjeros. En Europa se teme que, con su puerto y su aeropuerto, el núcleo se convierta en una plataforma para próximos ataques en su territorio.
Según un responsable de uno de sus distritos, que también pide conservar el anonimato, el EI quiere convertirla en 'una guarida yihadista importante'. 'Los escolares de corta edad, niños y niñas por separado, aprenden en el colegio lo que es la yihad, al igual que sus padres en las mezquitas', afirma.
- Sala Faluya -
Bajo su mandato, Gadafi quiso transformar su ciudad en un eje político. Intentó varias veces instalar en ella el Gobierno y el Parlamento. Construyó salas de conferencias gigantescas y en 1999 vio el alumbramiento de la Unión Africana (UA).
Según el responsable del distrito, la más conocida de estas salas pasó a llamarse Faluya, en referencia a la ciudad iraquí controlada por el EI desde enero de 2014. Antes, a veces acogía sesiones del Parlamento libio, cumbres árabes, africanas e internacionales. Ahora sirve para las 'lecciones de religión' del EI. Los habitantes acuden 'por miedo a ser sancionados', cuenta la fuente.
En los vídeos sobre Sirte, el EI alterna las escenas cotidianas casi 'normales' con las ejecuciones en público. En enero, cuatro jóvenes fueron ejecutados públicamente tras ser acusados por el EI de 'blasfemia y espionaje'. En un 'reportaje' fotográfico de propaganda difundido el miércoles, el EI afirma haber ejecutado a tres hombres 'por espionaje'.
Según el responsable municipal consultado por la AFP, '37 personas fueron ejecutadas en Sirte desde la llegada del EI. Algunas son libias y otras árabes, como egipcios y marroquíes'.
- De mimada a olvidada -
Alrededor de 7.000 familias han huido de la ciudad, según las autoridades locales. La mayoría de ellas viven en Trípoli y en Misrata (a 200 kilómetros al este de Trípoli). Están 'marginadas' y sufren 'la indiferencia' del Gobierno rival.
Sirte era la consentida de Gadafi, pero después de su caída, en 2011, pasó a ser una ciudad paria. El dictador libio se había refugiado en ella antes de morir y los habitantes lo protegieron antes de su captura. Quedó devastada por los combates entre sus partidarios y las milicias rebeldes.
Pese a la destrucción, los habitantes de Sirte prefirieron vivir entre ruinas a irse. Las nuevas autoridades libias nunca se preocuparon por reconstruirla, lo que le ha valido el nombre de ciudad 'olvidada'. Una sensación de abandono que propició el asentamiento de islamistas radicales.
Según el responsable municipal, 'desde su llegada al poder, las nuevas autoridades libias se preocupan más por los partidos de fútbol que por la suerte de Sirte'.