Desinformación: el quinto jinete del Apocalipsis


En redes sociales circula un meme que muestra a los Cuatro Jinetes del Apocalipsis: Guerra, Muerte, Hambre y Peste, junto a un quinto jinete con “smartphone” en mano quien, al ser preguntado por su identidad, responde: “Soy la Desinformación”. En esta era digital, esta sátira destaca la desinformación como una amenaza tan destructiva como las calamidades tradicionales. La desinformación es un problema que ha alcanzado proporciones colosales en la sociedad actual. Socava la verdad y distorsiona la percepción de la realidad, generando confusión, polarización y desconfianza entre las personas. Refleja cómo la información falsa se propaga con una viralidad letal y alarmante que causa estragos en cuestión de minutos a nivel mundial.
Panamá, al igual que muchos otros países, no escapa a este fenómeno. Ejemplos recientes lo vimos durante la Pandemia de COVID-19, en la que se propagó información infundada sobre “elixires” milagrosos o “chips” en las vacunas. También estuvo el caso muy documentado de campañas de desinformación sobre los candidatos presidenciales en el proceso electoral del 2024.
La propagación de noticias falsas y teorías conspirativas no solo afecta a la toma de decisiones individuales, sino que también amenaza la cohesión social y la estabilidad de las instituciones democráticas. Las consecuencias negativas de la desinformación son profundas: desde la difusión de mitos sobre la salud pública hasta la manipulación de procesos electorales, su impacto es innegable y devastador.
En este contexto, urge promover una educación digital que enfatice en el pensamiento crítico desde una edad temprana, para que los individuos sean capaces de discernir entre información verídica y tergiversada. Se debe legislar para que las plataformas digitales implementen restricciones más estrictas para la verificación de información y la eliminación de contenido falso. De no actuar oportunamente, nos encaminaremos a que ese quinto jinete socave los cimientos de la sociedad actual.
* El autor es licenciado en Administración de Empresas.