El Congreso Anfictiónico de 1826
Cinco años después de la independencia de España, Simón Bolívar otorgó a Panamá el honor de ser la sede del Congreso Anfictiónico de 1826, primer ensayo de la integración americana. Representantes de la Gran Colombia, Perú, México y Centroamérica suscribieron el Tratado de Unión, Liga, y Confederación Perpetua, que no fue ratificado por las cancillerías debido a corrientes antibolivarianas. El Tratado fue una alianza militar para defender a las naciones de la amenaza de la Santa Alianza de apoyar a España en la recuperación de las excolonias.
El tratado tuvo mecanismos importantes como el arbitraje ante litigios por territorios fronterizos que pudieron evitar guerras posteriores. Asimismo se aprobó teóricamente la creación de la ciudadanía americana por moción del delegado peruano Manuel Lorenzo de Vidaurre.
“Si el mundo hubiese de elegir su capital, el Istmo de Panamá sería señalado para este augusto destino, como está en el centro del globo; viendo por una parte, el Asia y por la otra América y Europa” profetizó el Libertador, anticipando el rol futuro del canal en la comunicación interoceánica mundial. Sin embargo, mientras Bolívar pensó como un geopolítico de amplia visión, otros políticos – José Antonio Páez de Venezuela, Francisco Paula de Santander de Colombia – actuaron con criterio nacionalista.
El proyecto unitario fue rescatado años después por Justo Arosemena cuando una escuadra española se apoderó de las islas guaneras de Chincha del Perú, cumpliéndose los fatídicos vaticinios del Libertador. El notable jurista y político revivió el espíritu anfictiónico, proponiendo la unidad de los países ante el revival ismo colonialista español, en un congreso frustrado en Lima.
Mario Castro Arenas
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* El autor es abogado.