El Girasol y la Luciérnaga

«Te amaré en el silencio de mis sueños, porque el ruido de la realidad me recuerda que no podemos estar juntos».
En un forraje vasto y verde, susurraba el girasol cada noche que la luciérnaga se posaba entre sus flósculos... ¡Qué hermosa es! “tan llena de vida, tan llena de luz”.
El girasol sabe que solo en las noches es que puede ver a su amada y verla brillar y sentir esa conexión de amor por ella. A lo largo de estos años el girasol ha visto lenta y detenidamente a su amada luciérnaga, apreciando cada detalle de ella, pudiendo encontrarla en la multitud.
Y a pesar que entre ambos nunca han hablado de amor, ambos saben que no siempre el amor sigue las reglas, el amor se las ingenia de encontrar formas inesperadas de florecer y brillar. ¡Oh, amada luciérnaga! El amor imposible siempre hallará la forma de conspirar a nuestro favor. El girasol describe lo que siente por su amada luciérnaga, me conformo con solo verte, porque es el deseo más intenso en mi corazón o quizás la única interacción que pueda tener. Tú presencia, aunque breve significa mucho para mí, todo eso me genera mucha felicidad.
Gracias por visitarme cada noche y darme muestras de amor, cariño o afecto profundo y como un regalo valioso. * Docente.