El juego de billar
Es un juego maravilloso con un largo historial en muchos años de servir como distracción a ambos géneros con una absoluta mayoría en los hombres quienes una vez iniciaran sus entrenamientos en su adolescencia se emocionaron tanto que no abandonaron a oportunidad de demostrar sus capacidades durante toda su vida.
En la ciudad de Panamá y alrededor hay cientos de locales donde se juega billar. Recuerdo cuando Tafo tenía un billar cerca de la entrada de Vía Brasil. Era enorme y de pueblo. Allí conocí al joven Nelson quien tenía las intenciones de presentar un billar diferente en un lugar aceptable donde pudiesen jugar también las damas de la sociedad y lo logró con grandes esfuerzos y desde un principio tuvo la aceptación de los diferentes estamentos de la sociedad.
Nelson se rodeó de los grandes campeones en los juegos de la época expertos en el pool, 14-1 y bola 8 siendo superadas con el tiempo por la bola 9 libre o cantada que daba oportunidades para los grandes torneos individuales o por pareja. El gran Mimo Martínez fue el mayor asesor de los billares y fue campeón mil veces en Panamá y en el extranjero.
El maestro Víctor Maduro es el teórico y presentó campeonatos internacionales en el billar donde asistían campeones de todos los países. Otras grandes figuras se destacaron a través de los años. También hay varias mesas de carambolas y con buenos jugadores en las tres bandas, muy difícil de ejecutar con una precisión matemática.
Lo trascendental del billar que no es discriminatorio ni exclusivo para ningún grupo. Todo el que le guste este deporte puede asistir con sus amigos en torneos de oficinas con sus gerentes y asociados. Lo más importante de los billares es la cantidad de amigos y amigas fanáticos del billar que forman un grupo de competencias diversas. Se conoce gente de diferentes clases sociales y de diferentes capacidades económicas y allí todos son pacieros.
El juego que predomina y que es el más aceptado es la “bola nueve” fácil de dominar y que exige al jugador puntería y exigencia en el “busque” y el “cuido”.
Al calcular la trayectoria de una bola hacia determinada buchaca el buen jugador debe tener la habilidad de colocar la bola blanca (minga) en una posición de insertar la siguiente bola (numéricamente en ascenso) y lo más importante es el pregón del maestro Maduro “no fallar” quien ha escrito un famoso libro al respecto.
Curiosamente lo que más busca el jugador de billar es la tranquilidad que implica su momento donde se olvida de todos los problemas que lo atormentan durante el día ya que al dedicarse a planificar las jugadas coloca toda su atención en el control del juego. Si alguien lo interrumpe en ese momento puede causarle un desvío de su concentración.
Isauro Carrizo Pinzón
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Piloto instructor y escritor