El pecado de la ingenuidad
Euclides M. Corro R.
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Mis 47 años en el ejercicio de la profesión de periodista me impide ser tan ingenuo como muchos otros. Me cuesta creer en las equivocaciones de buena fe y menos todavía, en la inocencia de los que detentan el poder cuando se aplican castigos haciéndonos creer que “eso no tiene nada ver conmigo”.
El caso del amigo y colega Julio Miller se suma a muchos otros que a lo largo de los últimos 20 años se han realizado bajo el paraguas de “una democracia que separa los poderes del Estado”, cuando la realidad es que entre más se defienden, más culpables resultan.
La excusa de su detención suena a cuento.
Y precisamente por eso es que es muy difícil creer que por un cheque de 20 mil balboas se le está acusando de lavar dinero. Si así fuera, creo que la mitad de este país tendría que ser enjuiciado. Por eso pienso que está prohibido ser ingenuo.
Prueba de ello es que muchos políticos y medios de comunicación social se están preguntando cuál es la “realidad en trasfondo”. Ni siquiera hay especulaciones.
No es fácil admitir que la fiscal que tomó la decisión lo hizo “apegada a la justicia” y sin que nadie le dijera “vamos a pasarle una factura”.
Menos que un profesional de la trayectoria de Julio Miller, quien también es abogado, con sus muchos años en la tarea informativa, no haya sido capaz de defenderse y dar una explicación razonable al supuesto delito que se le endilga.
No dudo que más temprano que tarde conoceremos el trasfondo de esta situación.
Y mientras esto no sea así. Hasta que las razones esgrimidas por las autoridades no estén claras, todos debemos hacer causa común frente a una posible infamia y un acto incoherente de una justicia apegada a las leyes que nos rigen.
Eso es todo lo que pedimos.
Por supuesto que al final, al saberse la verdad, lleguemos a la conclusión que la fiscalía actúo apegada a la ley. Pero mientras que esto no ocurra, es mi deber exigir una respuesta por el maltrato al amigo Julio Miller. Ha habido ensañamiento contra él y si es así, esta acción injusta no puede quedar impune.
*El autor es periodista.