El “Viernes negro” recordado
Víctor De La Hoz

Fue una jornada de protestas y manifestaciones en las calles del país. El 10 de julio 1987 hace hoy 38 años de esa fatídica marcha, convocada por la Cruzada Civilista, organización conformada por la sociedad civil, opositora al “exhombre fuerte de Panamá”.
Ese día se había organizado una marcha multitudinaria contra el régimen del General Manuel Antonio Noriega.
El pueblo se lanzó a las calles luego de las contundentes denuncias del excoronel Roberto Diaz Herrera, quien acusó directamente a Noriega, del fraude electoral en las elecciones presidenciales 1984 y de corrupción, además de la muerte del opositor Dr. Hugo Spadafora.
El punto de salida y concentración de la marcha fue la Iglesia del Carmen, en Vía España, en Ciudad de Panamá.
El régimen, desde tempranas horas, se había tomado las calles con unidades antimotines de la Fuerzas de Defensa conocidas como “Los Dobermans” muy temible. Se estimaba que la marcha tendría una convocatoria masiva.
Por esa razón el régimen militar creó un centro de comando de operaciones en el Edificio Avesa, donde funcionaba el antiguo Intel, y era dirigido por el coronel Eduardo Herrera.
Se respiraba en el país una tensión e incertidumbre.
Estudiantes de los colegios católicos y públicos, dijeron presentes a esta marcha.
A medida que iban pasado las horas los predios de la Iglesia del Carmen, los panameños llegaban vestidos de blanco, y portando la bandera nacional.
La marcha estaba convocada para las 4 de la tarde. Pero la marcha no logró avanzar ante la presencia de las unidades antimotines (Dobermans) que reprimieron con dureza a los manifestantes, frustrando esta acción de protesta.
Se registrados detenciones y serios disturbios en esta arteria comercial y bancaria de la Vía España.
Los disturbios se extendieron a otros lugares hasta altas horas de la noche.
Se produjeron destrozos a la propiedad pública y privada. Los semáforos fueron reventados, casetas telefónicas, y comercios como los almacenes, con sus vitrinas destruidas.
El país sucumbió en un completo caos.
El régimen, con esa represión contra los opositores, apostó en los barrios retenes policiales para revisar los autos y detener a panameños que vestían de blanco.
*Periodista.