La adoración de los Reyes Magos
Rafael Ricardo Corro Paolini
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Es un cuadro que se encuentra en el Museo del Prado de Madrid. Un óleo sobre tela del pintor flamenco del barroco Pedro Pablo Rubens, ordenado por el ayuntamiento de Amberes para ornamentar la firma de un acuerdo de paz en la Guerra de los ochenta años entre España y las Provincias Unidas. La Paz permanente a la Tregua que en un principio no tenía tantas ambiciones, llamada Tregua de los doce años. Amberes era un centro de comercio marítimo en el Siglo XVI como lo es hoy Panamá. Un gran optimismo en la Holanda de 1609, ante las expectativas de recuperar la prosperidad económica, ya que Amberes era un importante centro comercial, y la guerra y el bloqueo de los neerlandeses la habían abocado a la crisis. La corporación municipal decidió entonces encargar un cuadro para decorar la sala en la que iban a tener lugar las negociaciones, la Cámara de los Estados, y el elegido fue Rubens, que acababa de regresar de una estancia de ocho años por Italia pero que rápidamente se había convertido en el pintor más prestigioso de la ciudad desde luego muy influido por Tiziano.
Según Alejandro Vergara, miembro de la Asociación amigos del Museo del Prado, La elección del tema era precisamente en: los presentes que portan los Reyes reflejan los productos de los que vivía Amberes, crisis, corrupción por la guerra y el bloqueo ejercido sobre la ciudad por sus vecinos del norte.
Observamos, un asno con sus ojos tapados que mira en dirección opuesta a Cristo, asno que representa la Ignorancia y la Ceguera de quienes no reconocen en el Niño una encarnación de Dios. La paja que el pintor añade bajo el Niño y las hojas de parra que se sitúan por encima de él, en la parte superior del cuadro, simbolizan el sacramento de la eucaristía, cuya validez negaban los protestantes.
Es posible que la misión de Rubens en España tuviese algo que ver con el mensaje contra reformista del cuadro. Tras permanecer en la colección real desde su llegada a España, el cuadro pasó al Museo el Prado, donde se inventaría por primera vez en 1834.
Y como olvidando la Epifanía nos interesamos más en el Ricardo III de Shakespeare, así como de su sociedad feudal tardía. Entregando su energía a perseguir y poco a construir. Rogamos entonces a Dios que un día Panamá no sea más tregua sino paz permanente.
*El autor es abogado.