La Electromovilidad en Panamá: oportunidad y desafío para el transporte refrigerado de alimentos
La electromovilidad en Panamá avanza con pasos firmes. Tan solo en 2024, se registraron 773 vehículos electrificados, lo que representa un crecimiento de alrededor del 75% respecto al año anterior. Con ello, el país alcanzó un parque estimado de 1,500 a 1,600 vehículos eléctricos en circulación. A este ritmo se suma la incorporación de buses eléctricos durante 2024 y 2025, consolidando al país como un referente regional emergente en movilidad limpia.
No obstante, el transporte de carga refrigerada continúa en una etapa temprana de adopción eléctrica. Este segmento, indispensable para industrias como alimentos perecederos, farmacéutica y distribución urbana, mantiene todavía una fuerte dependencia del diésel, lo que genera un impacto ambiental significativo.
Hoy es necesario movernos hacia una logística en carga refrigerada con enfoque sustentable, ya que contribuiría significativamente a reducir la huella ambiental de las ciudades panameñas. Las flotas refrigeradas, por su alto consumo energético y operación intensiva en zonas urbanas, deben estar en el centro de esta transformación.
Electromovilidad: qué es y que falta en Panamá para avanzar hacia un transporte refrigerado sustentable
La electromovilidad consiste en la adopción de tecnologías de transporte basadas en energía eléctrica en lugar de combustibles fósiles. Para la industria de alimentos, esto se traduce en unidades refrigeradas eléctricas capaces de mantener la temperatura óptima de perecederos —como lácteos, cárnicos, bebidas o alimentos preparados— sin contaminar el entorno.
La cadena de frío es uno de los componentes más intensivos en consumo energético dentro de la logística. Los sistemas de refrigeración que operan con diésel para conservar alimentos y otros perecederos generan una proporción significativa de las emisiones del transporte terrestre. Sustituirlos por sistemas eléctricos es, en principio, la solución más directa, pero también una de las más complejas.
Aunque Panamá ha avanzado con incentivos fiscales y renovación de transporte público, aún es necesario ampliar la infraestructura de carga, desarrollar incentivos específicos para la logística urbana y promover pilotos de electrificación en el transporte de frío.
El reto, por tanto, no es solo tecnológico: es de planeación, financiamiento y visión.
Electromovilidad como ventaja competitiva
El auge del nearshoring está impulsando una transformación en la logística regional, donde la sustentabilidad se convierte en un criterio clave para competir. Para la industria alimentaria, donde los estándares de inocuidad, trazabilidad y eficiencia son cada vez más altos, la adopción de tecnologías eléctricas permite reducir emisiones, disminuir los costos operativos, asegurar el cumplimiento regulatorio, acceder a incentivos y fortalecer las ventajas competitivas frente a estándares ESG cada vez más estrictos.
Estas tecnologías no solo reducen emisiones: ofrecen ahorros operativos, menor mantenimiento y operación silenciosa —clave para entregas urbanas nocturnas—. Entre las principales innovaciones clave para el transporte de alimentos refrigerados destacan:
· Sistemas de refrigeración eléctrica de cero emisiones, con capacidad de mantener temperaturas precisas sin necesidad de motores diésel.
· Baterías de alto rendimiento que eliminan emisiones contaminantes y permiten operación continua durante todo el trayecto.
· Tecnologías de operación silenciosa, ideales para entregas nocturnas en entornos urbanos sin generar contaminación acústica.
· Sistemas de energía auxiliar eléctricos, que proporcionan autonomía sin consumo de combustible, mejorando el confort del operador.
· Modelos logísticos escalables y adaptables, compatibles con esquemas de financiamiento verde y certificaciones ambientales.
· Acceso a programas de incentivos internacionales, que apoyan la adopción de tecnologías limpias y reducen barreras de entrada.
Estas innovaciones apuntan hacia una cadena de frío más eficiente, silenciosa y sostenible, capaz de responder a las nuevas exigencias del comercio internacional y de reducir la huella ambiental del transporte con temperatura controlada.
La electromovilidad en Panamá representa uno de los cambios más significativos en la historia del transporte de productos sensibles a la temperatura como alimentos. No se trata solo de sustituir motores diésel por baterías, sino de repensar toda la cadena de valor logística bajo un enfoque de eficiencia y sostenibilidad. * Director de Ventas y Operaciones de Thermo King LATAM.