La responsabilidad de proteger nuestras vidas
Hemos vivido un noviembre intenso, muchos eventos y hechos de impacto, algunos para bien, otros no tan buenos. Se acerca el último mes del año con el reto de sobrevivir.
Es un mes de muchas celebraciones, reuniones entre amigos, familiares y hasta compañeros de trabajo, el trajín de las compras de la cena, de la vida normal, las decoraciones de la casa, la comida, en fin, un mundo caótico, pero en el que debemos tener la responsabilidad de proteger nuestras vidas.
En esta época se escuchan los incendios por velas, conexiones en mal estado, explosiones por fugas de gas, quemaduras por líquidos o aproximación, y qué decir de los robos, accidentes de tránsito y hurtos.
No es para deprimirse, pero si no te cuidas a ti mismo, no esperes que del cielo te caiga un ángel de la guarda que desconecte los artefactos, que se asegure que las extensiones y foquitos estén en buen estado, que utilices la cantidad correcta de conectores para no sobrecargar los “toma corrientes”, que cierres la válvula del gas, que uses la debida protección al acercarte a la estufa, que estés alerta a tu alrededor para prevenir cualquier encuentro con los amigos de lo ajeno o evitar que choques después de beber de más.
Tomemos conciencia y disfrutemos con precaución de estas fechas.