Estafas en apps de citas y cómo evitar ser víctima

La popularidad de las apps para buscar pareja hizo que los cibercriminales encuentren diferentes maneras de sacar su propio rédito a través de fraudes y engaños, por lo que los expertos de ESET, compañía de detección proactiva de amenazas, alerta cuáles son, cómo reconocerlos y qué se puede hacer para evitarlos.
En las estafas románticas, también reconocidas como engaños de catfishing, el ciberatacante emplea perfiles falsos para recopilar información personal de sus víctimas, ganarse su confianza y sacar algún rédito, generalmente económico.
Tipos de fraudes o ingeniería social para reconocerlos y evitar ser víctima:
La estafa del militar: Una de las estafas más comunes involucra al ámbito militar, en el cual el estafador se vale del nombre de un soldado real o bien de la creación de un perfil falso. La historia del supuesto militar siempre es triste y trágica (es viudo, con hijos adultos, está por lograr el retiro) lo que genera una empatía automática con la víctima.
Explican que “una vez creado el vínculo, evade el encuentro personal debido a una movilización a otra base, lo que da el pie perfecto para solicitar dinero para pagar un pasaje de avión, comprar medicamentos o costear con una buena conexión a Internet. Hasta cuentan con cómplices que intentan dar veracidad a la historia”.
También se utiliza la estafa del médico en Siria o Yemen. “El ámbito militar en este caso también es utilizado, pero vinculado al entorno médico, ya que el estafador afirma a sus posibles víctimas que en realidad es un médico del ejército estadounidense brindado servicio en zonas de guerra como Siria o Yemen, entre otras”, detallan expertos.
Una vez conseguida la confianza, declara su amor y propone a la víctima un encuentro en un país maravilloso, para lo que solicitará dinero para el supuesto vuelo. Finalmente, lo único que viajará es el dinero a la cuenta del cibercriminal.
Con la estafa del viudo y la hija enferma, se presenta uno de los escenarios más reportados por personas engañadas es el del “supuesto dueño de una galería de arte, que asegura haber quedado viudo y tener una hija (Anita), la cual está transitando un complejo problema de salud contraído en África que requiere una ayuda económica por parte de la víctima”. Claramente no existe ni la galería de arte, ni la hija, ni ningún otro condimento brindando por el estafador, y se trata de una nueva artimaña para obtener dinero.
Mientras que con la estafa del enamorado inglés “un ingeniero de Manchester, un químico de Londres o un exitoso profesional de Liverpool. Todas son las mismas caretas utilizadas por el cibercrimen para llevar adelante otro de los engaños más reportados de los últimos años”.
Se trata de correos electrónicos elegantes y llenos de elogios hacia la víctima, un amor que surge casi de inmediato y que promete avanzar muy rápidamente, hasta que llega la propuesta de una inversión en un negocio que teóricamente brinda ganancias sustanciales, que después requiere de dinero para trámites de la aduana y otras documentaciones.
También se enlistó la estafa de las criptomonedas “con el boom de las criptomonedas también llegó a las apps de citas, ya que los estafadores se valen de ellas para llevar a cabo sus engaños. Todo comienza con una idílica historia de amor, hasta que el cibercriminal asegura ser un inversor financiero muy destacado en el rubro de las criptomonedas e invita a su víctima en este negocio que parecería ser infalible. Por supuesto, lo único infalible es la estafa, que asegura una ganancia, pero no para la víctima, claro está”.
Mientras que con la estafa de la herencia “el estafador indica a la víctima que debe contraer matrimonio a la brevedad para acceder a una herencia que asciende a un precio exorbitante. Un supuesto problema con los impuestos de la aduana es la excusa perfecta para que el ciberatacante pida dinero a la víctima para poder hacerse del oro”.
Por su parte, con la estafa de la extorsión “tras haber logrado tener confianza con la víctima después de diversas conversaciones, el estafador propone realizar una llamada con cámara. Misteriosamente, su imagen falla de manera inesperada y mediante insistencia y elogios, sí logra que la víctima se desnude frente a cámara y/o realice algún acto íntimo. Allí es cuando se revela la verdadera faceta del estafador, que asegura tener un video, y amenaza con publicarlo en caso de que la víctima no le transfiera dinero”.
De acuerdo con ESET también se utilizan sitios de citas falsos que tienen “el único objetivo es obtener los datos de las personas que se registran. Por ello, es común que incluyan preguntas personales, de la infancia y hasta financieras, que pueden ser útiles para obtener claves de acceso”.
Además, los estafadores pueden adquirir una falsa verificación de Tinder, en la cual se involucra un mensaje de texto o correo electrónico que “asegura que es necesario verificar la cuenta, mediante un enlace. Allí, solicitarán datos personales, y hasta detalles de la cuenta bancaria y de la tarjeta de crédito”.
Mientras que con los sitios falsos con malware “es habitual que, tras haber entablado una conversación prolongada con un estafador, este invite a la víctima a conocer su sitio personal o algún perfil en redes sociales. Claramente, no son páginas legítimas, sino que contienen spam o malware mediante los cuales se obtiene información valiosa para perpetrar un fraude financiero o el robo de identidad”.