La IA llega al cepillado: ponemos a prueba el Oral-B iO9 y Philips Sonicare 7100
La tecnología ha transformado casi todos los aspectos de nuestra vida diaria, y la salud bucodental no es una excepción. En los últimos años, los cepillos de dientes eléctricos han evolucionado hasta convertirse en auténticas herramientas inteligentes capaces de analizar nuestros hábitos de higiene y guiarnos hacia un cepillado más eficaz. Gracias a la integración de la inteligencia artificial, estos dispositivos ya no solo vibran o rotan: ahora aprenden de nuestra rutina, detectan zonas que pasamos por alto y nos ofrecen informes personalizados para mejorar día a día.
Son los propios dentistas quienes más recomiendan este tipo de dispositivos, ya que, aunque exigen de un periodo de adaptación -no siempre es fácil acostumbrarse a esos niveles de vibración en el interior de la boca, después de décadas usando cepillos tradicionales-, ayudan a mantener una técnica correcta, consolidar buenos hábitos y reducir el riesgo de enfermedades periodontales.
En este contexto, aprovechando que llega una época del año en la que este tipo de dispositivos se ha hecho un hueco entre los regalos más recurrentes -mejorando las clásicas corbatas o perfumes-, hemos querido poner a prueba los cepillos inteligentes más punteros de dos de las marcas de referencia en el sector: el Oral-B iO9 y el Philips Sonicare 7100. Ambos representan enfoques distintos, pero igualmente eficaces. Os contamos a continuación con más detalle para que podáis elegir el que mejor se ajuste a lo que estáis buscando.
Empezamos con el Oral-B iO9, que destaca por su pantalla interactiva, aportándole un aspecto 'premium' desde un primer momento. Es muy sencillo navegar por este pequeño panel y cambiar entre los siete modos de limpieza, que cuentan con iconos muy gráficos para que sea fácil reconocerlos: limpieza diaria, extra sensible, cuidado de encías, limpieza intensa, blanqueamiento, extra sensible y limpieza lingual.
De igual manera, su sensor de presión te indica cuándo estás ejerciendo una presión excesiva, insuficiente o perfecta, protegiendo así las encías y dientes sensibles. Lo hace con un sistema sencillo de 'semáforo', iluminando un aro verde alrededor del cabezal cuando lo estás haciendo bien o rojo cuando la presión es demasiado fuerte. El sistema capta perfectamente tu atención para un correcto cepillado.
En el caso del Philips Sonicare 7100, cambiamos la pantalla interactiva por un sistema más sencillo de leds, de manera que el usuario pueda elegir entre cuatro modos (Limpieza, Blanqueamiento, Cuidado de las encías y Sensibilidad) y tres intensidades diferentes. También incorpora un sensor de presión con alertas visuales que, si detecta un cepillado excesivo, ilumina el anillo incorporado en la base del cepillo y reduce la vibración, ayudando a proteger las encías, el esmalte y los tejidos más delicados.