Consecuencias a largo plazo del desarrollo costero son tan malas como un derrame de petróleo en los arrecifes de coral

En 1986, los hábitats cercanos a la costa de Bahía Las Minas, en el Caribe central de Panamá, sufrieron contaminación severa tras un accidente en una refinería. Durante los siguientes cinco años, hubo una disminución significativa en la cantidad y diversidad de corales. Treinta años después, investigadores del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) e instituciones colaboradoras informan sobre los cambios a largo plazo del derrame de petróleo en las comunidades de coral. Sus hallazgos fueron publicados en la revista Marine Biodiversity.
El derrame de petróleo de Bahía Las Minas, que contaminó unos 40 kilómetros cuadrados cerca del Laboratorio Marino del Smithsonian en Punta Galeta, en Colón, ha sido el más grande registrado en hábitats costeros en Panamá. Esto permitió estudiar cómo los arrecifes de coral en los ecosistemas tropicales se recuperan de la contaminación aguda a través del tiempo.
Después de los primeros cinco años, el equipo descubrió que la abundancia y diversidad de la mayoría de los corales duros (Scleractinia), algunos corales ramificados y masivos, y los corales de fuego (Millepora) habían disminuido en el área afectada.
"Los residuos de petróleo en la superficie del sedimento se degradaron rápidamente a través de los procesos naturales de meteorización", comentó Stefanie Kaiser, bióloga marina de la Universidad de Łódź. “Sin embargo, una gran cantidad de petróleo quedó atrapada en capas más profundas, donde estos procesos de meteorización se ven obstaculizados”.
Treinta años después del derrame en Bahía Las Minas, no se encontraron diferencias significativas entre el área cercana a la refinería de petróleo y el área que el equipo originalmente utilizó para la comparación. Desde mediados de la década de 1990, esta área se vio afectada por el desarrollo costero y la deforestación.
Las similitudes entre ambas áreas tuvieron más que ver con el deterioro sostenido de la zona costera entre Portobelo e Isla Grande que con una mejora en las condiciones de Bahía Las Minas tras el derrame de petróleo. Estos efectos estaban relacionados con el desarrollo costero y otros impactos humanos en los arrecifes.
Aunque no se pudieron determinar las consecuencias a largo plazo de la contaminación por hidrocarburos en las comunidades de arrecifes, a los científicos les preocupa la forma en que otros factores externos continúan contribuyendo al deterioro de los ecosistemas marinos en áreas que solían estar sanas y obstaculizando la recuperación en áreas afectadas por la contaminación por hidrocarburos.
"Los arrecifes de coral a lo largo de la costa caribeña central de Panamá están prácticamente condenados por el desarrollo costero", comentó Héctor M. Guzmán, ecólogo marino de STRI. "Si el desarrollo no planificado continúa aumentando los arrecifes podrán sobrevivir, pero sin una recuperación sustancial".