Hay una mágica propuesta gastronómica en Volcán
Con más de tres décadas dedicadas a la cocina, Patricia Miranda Allen ha logrado convertir un rincón de Chiriquí en un destino gastronómico imprescindible. Construyendo cada plato y frasco con amor, pasión y respeto por la tierra



En las montañas de Volcán, provincia de Chiriquí, hay una cocina que hierve con historia, identidad y pasión. Al frente está Patricia Miranda Allen, chef panameña con más de 30 años de trayectoria, y alma creativa detrás de Cerro Brujo Gourmet, un restaurante y proyecto agro artesanal que inició el 26 de noviembre de 1999, elevando los sabores locales a una experiencia culinaria única, sin perder su raíz ni su autenticidad.
Desde sus inicios, Miranda ha creído en el poder transformador de la cocina y en el valor de los ingredientes que da la tierra. Su propuesta va más allá de un menú: es una filosofía. A través de su restaurante y su línea de productos artesanales, rescata sabores tradicionales, los reinventa y los ofrece con una calidad que ha conquistado paladares locales.
La chef Patricia Miranda destacó que los productos utilizados provienen de su cosecha y también trabaja estrechamente con algunos productores locales, buscando fomentar un modelo de comercio justo y sostenible que impulsa la economía de la región y garantiza productos frescos, naturales y llenos de sabor.
Uno de los sellos de Cerro Brujo son sus mermeladas y productos gourmet, elaborados artesanalmente y con un profundo respeto por la temporalidad. “Nuestros productos se hacen dependiendo de la temporada en la que se encuentre el ingrediente, porque creemos en cocinar con lo que nos da la tierra en su mejor momento”, explicó la cocinera.
Entre sus especialidades destacan la mermelada de cebolla, pimentón maduro, marañón curazao, así como su original mermelada de cúrcuma, la de berenjena y su deliciosa salsa de tomillo. Cada producto es una muestra del ingenio y el conocimiento profundo de los ingredientes, combinados de manera única y armoniosa.
ml | Patricia Miranda Allen, en 2011, fundó la escuela “Fogón de Mis Amores”, un espacio que celebra la valentía y el orgullo de las mujeres ngäbe, quienes forman parte esencial de su proyecto social. Miranda también participa activamente en iniciativas comunitarias como la Fundación Vida Verde Integral y Fundación Rescate de Alimentos.