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Eddy Merckx sopla 80 velas mientras su legado sigue imborrable

12 de junio de 2025

Eddy Merckx, que cumplirá 80 años el martes, cuenta con un palmarés a día de hoy todavía inigualado, que hace sombra a una carrera novelesca, llena de momentos extraordinarios pero también marcada por situaciones duras y dramas.

Han pasado ya cuarenta y siete años desde sus últimos pedaleos en competición, en 1978 tras 14 años al máximo nivel.

El belga es un icono en su país, donde posee el título nobiliario de Barón por ser el "mejor embajador de Bélgica a través del mundo", según el rey Alberto II, que le entregó ese título en 1996.

"En los años 1960-1970, Bélgica estaba sacudida por sus conflictos lingüísticos, que sirvieron de añadido a la crisis económica. En ese contexto, Eddy Merckx hacía sentir mejor. Los belgas pedaleaban con él", recuerda el periodista de la RTBF Rodrigo Beenkens.

Y los belgas pedalean especialmente bien. Sin embargo, el país esperaba un vencedor del Tour de Francia desde que en 1939 lo lograse Silver Maes. Esa deuda quedó pagada el 20 de julio de 1969, un día que pasó a la historia de la humanidad por los primeros pasos de Neil Armstrong en la luna.

Una Grande Boucle que Merckx estuvo a punto de no correr. En el Giro de Italia, el 1 de junio de 1969, dio positivo a la fencafamina, un estimulante. El belga se deshace en lágrimas delante de las cámaras, clama que hay una injusticia, un montaje. Nacen tensiones diplomáticas entre Bélgica e Italia.

Debido a las numerosas dudas que rodean el proceso, la Unión Ciclista Internacional (UCI) levanta rápidamente la suspensión para permitir que Merckx, ahora más determinado que nunca, pueda participar en el Tour y construir su leyenda.

En total, el Caníbal (célebre apodo que le fue dado por la hija de un compañero de equipo) firmó 525 victorias, en especial cinco Tours de Francia, cinco Giros de Italia y tres campeonatos del mundo.

También contó durante 28 años con el récord mundial de la hora, y ganó los cinco monumentos del ciclismo: Milán-San Remo, el Tour de Flandes, París-Roubaix, Lieja-Bastoña-Lieja y el Giro de Lombardía.

- El drama de Blois -

Su éxito en los monumentos solo ha sido igualado por sus compatriotas Rick Van Looy y Roger De Vlaeminck. Un objetivo que persigue hoy el esloveno Tadej Pogacar, a veces visto como el sucesor de Merckx.

Pero ese palmarés inigualado y quizás inigualable, también esconde una tragedia: la caída en el Velódromo de Blois, en Francia, el año 1969. En una prueba en pista, su entrenador Fernand Wambst perdió el control de la motocicleta, aspirando con él a Merckx hacia el suelo.

Wambst falleció en ese accidente, mientras que el ciclista quedó inconsciente durante 40 minutos y sufrió graves lesiones, especialmente una fractura de la pelvis, que le obligará a continuar su carrera lastrado por ese desplazamiento de la pelvis y una posición asimétrica sobre la bici como consecuencia.

La carrera del belga también estuvo marcada por la animosidad provocada por sus numerosas victorias. Merckx ganó mucho (una carrera de cada tres de media). Para algunos, demasiado.

"Su único problema fue no ser francés", valora Luc Varenne, periodista belga, sobre el hastío que se ganó por parte de los medios de comunicación franceses.

El 11 de julio de 1975, en el ascenso al Puy de Dôme, Merckx vestía el maillot amarillo y buscaba un sexto Tour cuando recibió un puñetazo en el hígado, propinado por un espectador francés, Nello Breton, quien fue condenado a una pena de prisión en suspenso.

En la siguiente etapa, Merckx se vino abajo físicamente, una situación aprovechada por Bernard Thévenet, vendedor de su primer Tour pocos días después.

El francés fue el primero en privar al rey Merckx de una victoria en el Tour, pero fue sobre todo la rivalidad del belga con el español Luis Ocaña la que más pasión desató en los aficionados al ciclismo durante los antológicos Tours de 1971 y 1972, ganados por el belga después de combates épicos que marcaron también la leyenda del Caníbal.

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