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Rebeca Andrade, la gimnasta de oro de Brasil

17 de octubre de 2023

Antes de llegar al cielo de la gimnasia artística, Rebeca Andrade atravesó caminos repletos de espinas. Para alegría de Brasil, nunca se rindió y ahora promete bañarse de oro en Santiago-2023, en su estreno en unos Juegos Panamericanos.

La gimnasta paulista, de 24 años, aterriza en la capital chilena como una de las máximas figuras tras las ausencias de su gran rival, la estadounidense Simone Biles, y la reina del salto triple, la venezolana Yulimar Rojas.

Lo hace cargando cinco de las seis medallas conquistadas por Brasil en el reciente Mundial de Amberes: oro en salto de potro, por delante de la legendaria Biles; plata en concurso completo individual, por equipos y suelo; y bronce en viga de equilibrio.

Y tras haber lanzado una advertencia: "Pueden venir más, me encanta. Vamos, vamos. ¡Mucho oro!".

En el Mundial demostró que no fueron casualidad los éxitos cosechados durante el parón de Biles desde los Juegos Olímpicos de Tokio, en 2021, a causa de los 'twisties', pérdidas brutales de las referencias en el espacio.

"Tenemos un sentimiento que crece entre las dos para dar lo mejor. Me encanta tenerla como competidora. Es increíble de ver, será extraordinaria", dijo Biles, de 26 años, en Amberes.

- Talento innato -

Pero el camino para tornarse estrella no ha sido nada fácil para Rebeca Andrade, nacida en Guarulhos, a las afueras de Sao Paulo, en un hogar humilde sostenido en solitario por su madre, Rosa Santos, una empleada doméstica madre de ocho hijos.

La deportista -actualmente de 1,54 metros de estatura- entró por primera vez a un gimnasio a los cuatro años de edad, gracias a un proyecto social de la alcaldía 'guarulhense'.

"Llegó con la tía, toda tímida. Cuando le pedí que diera un salto, vi de inmediato un talento increíble que necesitaba ser pulido. Y eso fue lo que hicimos", recordó su entonces profesora Mónica dos Anjos en 2021.

No pocas veces su asistencia a los entrenamientos estuvo en riesgo por falta de dinero para el transporte. Pero al ver su habilidad, sus hermanos mayores se ofrecían a acompañarla durante una caminata de dos horas.

Pasó poco para que la apodaran "Daianinha de Guarulhos", en alusión a Daiane dos Santos, primera gimnasta brasileña en ser campeona mundial (2003) y su constante inspiración.

A los nueve años partió a entrenar durante una temporada a Curitiba (sur) y un año después fichó por el club Flamengo de Rio de Janeiro.

"Me decían 'estás loca por dejar que tu hija se vaya'. Pero tuve la sabiduría y la mente abierta para dejarla seguir sus sueños", dijo su madre al portal UOL.

Andrade, que una vez se retire quiere dedicarse a las artes escénicas, empezó a mostrar resultados muy rápido.

En 2012, a los 13 años, en su primer campeonato profesional, conquistó el Trofeo Brasil de Gimnasia Artística, superando a leyendas como Daniele Hypólito y Jade Barbosa.

- "¡Wakanda por siempre!"-

Su nombre empezó a sonar fuerte, aunque su carrera estuvo en vilo varias veces por lesiones en la rodilla que la obligaron a pasar tres veces por el quirófano entre 2015 y 2019.

Tras su primera cirugía, obtuvo el undécimo puesto en los Olímpicos de Rio-2016. Para Tokio contó con algo de suerte: nueva operación y parón de ocho meses, pero el aplazamiento del certamen por la pandemia de coronavirus le dio tiempo para recuperarse.

Sin Biles, se transformó en revelación al colgarse el oro en salto de potro y la plata en el concurso general, convirtiéndose en la primera brasileña en ganar dos preseas en las mismas justas.

"Siempre vi mi historia como un proceso de superación, porque pasé por cosas muy difíciles", afirmó entonces.

En sus presentaciones homenajea sus raíces, las de un Brasil popular, negro y marginado. En Tokio danzó al ritmo del funk "Baile de favela", de MC Joao, y la "Tocata y Fuga en Re menor", de Johann Sebastian Bach, con el popular ritmo carioca.

Esa música, con la que quiso mostrar "de lo que un negro es capaz", la acompañó también en los mundiales de Kitakyushu-2021 y Liverpool-2022, donde obtuvo, respectivamente, las preseas doradas en salto de potro y concurso completo.

Para la pasada cita en Amberes estrenó coreografía: una mezcla de "End of time", de Beyoncé, con el funk "Movimento da Sanfoninha", de la brasileña Anitta.

Aparte de lucirse, en suelo belga protagonizó junto a Biles y la también estadounidense Shilese Jones una imagen para la historia: un podio de gimnastas negras.

"Es maravilloso, lo amé. ¡Wakanda por siempre", dijo en referencia a la película Pantera Negra, que bien podría ser su apodo.

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