Las iglesias católicas, blanco de hurtos para los delincuentes
Los robos en iglesias católicas de Panamá ha encendido las alarmas entre feligreses y autoridades religiosas, quienes advierten que los templos ya no son vistos como espacios de respeto y oración, sino como objetivos para los antisociales


Las iglesias católicas en Panamá son blancos recurrentes de actos de robos y hurtos, que van desde objetos sagrados de valor, hasta las ofrendas que los creyentes aportan durante las misas. Esta situación, señalan las autoridades policiales, pone en alerta a los feligreses y sacerdotes.
El sacerdote Justo Rivas, de la Parroquia Santa María de Guadalupe de las Acacias, señaló: “No importa si es en una iglesia o en cualquier otro lugar, es parte de una epidemia de maldad. El pecado está en el origen de todos los males de este mundo. Hay quien roba en una iglesia, hay quien roba en una casa o un supermercado, pero también hay quien roba de los fondos públicos del país”. “Lo que quiero decir es que el robo es un mal y viene del creer que estamos haciendo lo correcto al quitarle a otros lo que no les pertenece, para nuestro propio bien”, detalló Rivas.
Por su parte, Ricardo Fruto, comisionado del servicio de integración y participación ciudadana de la Policía Nacional, mencionó que esta situación se puede abordar de dos maneras: por una parte, con los programas de vigilancia ciudadana, donde los residentes se pueden involucrar colaborando con las unidades de la Policía, y, a raíz de la problemática en los templos católicos, “hemos implementado un programa llamado ‘Iglesias Vigilantes’, donde se busca la protección de los objetos de valor y de los asistentes”.
Ante la situación, la legislación panameña ha respondido parcialmente, ya que con la Ley 460, reformada en diciembre de 2024, se endurecen las sanciones por hurto en lugares de uso público, incluyendo iglesias y templos religiosos, con una pena de 5 a 10 años de prisión cuando se cometen robos en esos espacios sagrados.

ML | En 2023, en la iglesia Virgen del Carmen de Colón, se reportó el robo de un amplificador valorado en unos B/. 1.000.
En abril de 2025, la Iglesia Sagrada Familia de Puerto Pilón, en Colón, fue objeto de un hurto que superó los B/. 8.000 en bienes robados y el más reciente caso, este 18 de agosto en Finca 4, Changuinola, delincuentes ingresaron a la iglesia y se robaron el equipo de sonido que se utilizaba para las misas, situación que consternó a los moradores.