Diálogo y consenso
Si, es cierto. En Panamá el consenso siempre no ha llevado a niveles superiores en términos de realizaciones nacionales. Podemos debatir mucho y hasta enfurecernos en la discusión, pero cuando se trata de lo fundamental y trascendente, hallamos en el diálogo la fórmula para avanzar juntos.
Pero nunca como ahora va a ser tan necesaria esa voluntad colectiva. Hablamos de lo que hay que hacer para lograr una reactivación económica nacional post-pandemia. Resulta claro que de esta crisis todos los sectores saldrán damnificados, entre menores y mayores proporciones.
Algunos sentirán que han sido más perjudicados que otros y tendrán reservas justificadas a la hora de convocarlos a ponerle el hombro al esfuerzo común de echar a andar el aparato productivo del país. Lo que se haga hoy para que el sacrificio se de con la mayor equidad posible en la actual emergencia sanitaria, dependerá en buena parte la rapidez con la que podamos reactivar nuestra economía.
Mucho antes de que esta situación termine, debe haberse trazado una ruta hacia dicha recuperación, con punto de partida en un acuerdo del Estado, trabajadores, empresarios, fuerzas políticas y sociedad civil, sobre cómo garantizar que unos panameños no queden rezagados, mientras otros logran salir adelante. Dicha ruta debe tener como eje transversal la solidaridad, que hoy se invoca.