EDITORIAL: El diálogo siempre es mejor
Está comprobado. A lo largo de la historia nacional el diálogo ha permitido acuerdos, en los momentos que parecían más difíciles de la vida democrática.
De las diferencias surgen pactos. Si los sectores involucrados tienen el deseo legítimo de resolver los problemas deberán ir a una conversación sin agendas previa sobre lo que pasa ahora, hacia dónde vamos y cuáles son las decisiones realistas y pragmáticas que se deben tomar.
Panamá no es una aldea, ni una nación que puede actuar sin tomar en cuenta los escenarios internacionales y sus actores.
Gobernar, en medio de tantos desafíos, necesita de decisiones que muchas veces no son del agradado de todos o mucho menos populares.
Hay que evitar que el discurso del caos o la demagogia se impongan, porque en el país no aguanta otro golpe en su economía.
