EDITORIAL : ¿Para qué un diálogo?

Desde hace rato, desde amplios sectores se está impulsando un diálogo nacional en medio de la actual crisis provocada por la huelga del magisterio, el sindicato de la construcción y los trabajadores bananeros que se oponen a la ley 462 de la Caja del Seguro Social (CSS).
Un diálogo que se supone debe convocarse para construir, debe basarse en el respeto a la democracia y a sus instituciones.
En los últimos años se ha permitido que algunos grupos organizados se hayan adjudicado un derecho que no le corresponde, decidir qué decisión es buena y cuál no.
La paralización del país, con enormes daños a la economía, el empleo, la inversión y la imagen de la nación, han sido las armas preferidas de esos sectores, algunos de los cuales recurren a la protesta violenta, la confrontación y también a la descalificación. Dialogar para avanzar, sí.