El susurro del viento en la hamaca

Un sábado decidí recostarme entre los hilos de una hamaca y leer un periódico. Dormité por espacio de dos horas hasta que el ladrido de un perro me despertó. Languidecí entre las cuerdas y me levanté descansado...tenía años sin disfrutar de este artilugio creado y tejido por las manos de los indígenas de las Américas. Todos debemos tener una hamaca en casa. Su origen se discute todavía; fue descubierta por Cristóbal Colón en las Bahamas en 1492 y la llevó a Europa, donde fue adoptada por marineros por su comodidad en barcos. La historia de la hamaca es tan rica como los hilos que la tejen. Su origen se remonta a las culturas indígenas de América, especialmente los Taínos, Mayas y pueblos de Sudamérica como los Wayuu.
Se cree que los Taínos emprendieron un largo viaje desde Sudamérica, navegando de isla en isla, a través del mar Caribe, llevando sus hamacas. Para su confección se tejen sin nudos, entrelazando hilos para formar una malla resistente y cómoda. Tradicionalmente se usaban fibras vegetales, algodón, henequén y cabuya. Hoy se emplean telas, aunque hay un retorno a lo natural. La palabra hamaca proviene del Taíno y significa “red para pescado”.
Sigue siendo símbolo de descanso, tradición y arte textil. Es la “cuna de los dioses”. En muchas casas del Caribe, los ganchos para colgar hamacas son parte de la arquitectura doméstica. hay muchas anécdotas en torno a Las hamacas, pero sin duda alguna su presencia invita a un descanso reconfortante. * Periodista.